Los manifestantes de Oaxaca se enfrentan a la policía

Cientos de manifestantes, la mayoría jóvenes radicales, se enfrentaron ayer a la policía en el centro de la ciudad mexicana de Oaxaca, al concluir una nueva marcha contra el gobernador del Estado, Ulises Ruiz. Las bombas molotov, petardos y piedras que lanzaron los radicales recibieron como respuesta los gases lacrimógenos de los agentes que vigilan el Zócalo (plaza principal) oaxaqueño.

Los manifestantes quemaron dos negocios y hay varios heridos por intoxicación y contusiones, en un nuevo capítulo de un conflicto que lleva más de seis meses en el Estado de Oaxaca, en el sur del país.

La crisis, que estalló a mediados de mayo, en un principio como una reivindicación laboral de los profesores, amenaza con agudizarse a una semana de que Vicente Fox entregue la presidencia del país a Felipe Calderón, ambos del conservador Partido Acción Nacional (PAN).

El Gobierno de Fox ha fracasado en sus intentos por desactivar el conflicto, pues la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), que aglutina a los sectores insurrectos, se niega a dar un paso atrás en su principal demanda, la renuncia del gobernador Ulises Ruiz, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que rechaza cualquier presión para abandonar el cargo. El presidente envió el pasado 28 de octubre a unos 4.000 efectivos de la policía federal a Oaxaca para tratar de recobrar el control de la ciudad.

Las vías de entrada al Zócalo amanecieron cerradas por alambradas colocadas por los efectivos de la Policía Federal Preventiva en previsión de que los manifestantes intentaran acceder al lugar, algo que no estaba previsto.

Durante la marcha, Florentino López, portavoz de APPO aseguró que la manifestación era pacífica y que su único objetivo era realizar un "cerco humano" a la plaza. Mientras, en Ciudad de México, grupos de simpatizantes de la APPO ocuparon la caseta de peaje de la autopista México-Puebla, una de las más transitadas del país.