El Espanyol retuerce al Waregem

Resopló con alivio el Espanyol, que se batió con un equipo extremadamente simplón, al que exprimió con suma facilidad, con deliciosa efectividad. Urgía una victoria contundente, una goleada ante un rival menor que le ofreciese un soplo de aire para afrontar la Liga, competición que se le atraganta más de lo deseado. Con este triunfo, el Espanyol gobierna la liguilla de la UEFA y encuentra en Europa una tranquilidad desconocida, habituado como está a sufrir sobremanera por doquier. Hacía 50 años que no lograba una goleada semejante el Espanyol, desde que venció por 6-0 al Alavés.

Pronto se reveló Corominas como el bálsamo idóneo para evitar fantasmas pasados. Como el del Rayo Vallecano, otro equipo teóricamente muy inferior que le apeó de la Copa no hace mucho. Relegado al ostracismo en esta campaña, salvador del anterior -libró al equipo del descenso en el último suspiro de la Liga-, Coro apareció de buenas a primeras. Especialista en los movimientos de entrelíneas, el menudo pero eléctrico extremo recogió el cuero en la zona de tres cuartos, asistió a Luis García y siguió la jugada con una diagonal. Concluida la pared, cruzó el cuero con la zurda desde el borde del área para destapar el bote de las esencias, algo que le resultaba extraño al conjunto periquito desde hacía mucho tiempo. Pero anoche al Espanyol todo le salió de cara. Entre otras cosas, porque el Waregem renegó de encimar a De la Peña y porque Riera, sujeto con pegamento a la línea de cal, sobresalió como antaño en el Mallorca. Luis García y Pandiani, con dos tantos, pusieron la guinda.

Descompasado en el repliegue y desordenado en la ofensiva, el Waregem demostró poco más que ser un equipo de nombres impronunciables. Sólo Matthys, una torre aislada en la punta de ataque, con movimientos exquisitos por lo revoltosos, inquietó a la zaga españolista. Suyo fue el gol, a centro de Meer. Pero apenas hubo más noticias del conjunto belga, descaradamente rebasado por el Espanyol.

Mérito de De la Peña, ayer medio centro, que se erigió como dictador de la zona de creación; logro de Riera, que desbordó por el costado a cuantos zagueros le salieron al paso. Así, Pandiani remató de cabeza un centro milimétrico de Riera, Sergeant se coló un autogol tras una asistencia de De la Peña, y Luis García resolvió un penalti que provocó Riera. A la media hora, el Waregem ya tenía la lengua fuera y arrastraba los pies.

Solventado el trámite, Valverde retiró a De la Peña y Riera. El duelo, sin embargo, no se adormiló. D'Haene, en otra jugada a balón parado, en otro remate por arriba, sacó los colores al Espanyol. Pero a Luis García y Pandiani les sobraba pólvora y, con otros dos goles, borraron la angustia. Anoche al Espanyol le alcanzó con bien poco para retorcer al Zulte. Queda la Liga.