Músculo contra talento
Las tenistas dicen que sus partidos duran más que los masculinos porque su juego es "más técnico" y les permite "sobrevivir" con menos fuerza
En tenis, las mujeres no reciben el mismo trato que los hombres. Hay torneos, como el de Wimbledon, en los que ganan menos dinero. Movilizan a menos espectadores. Y juegan menos sets por partido en los Grand Slam. Sus estadísticas, sin embargo, esconden un misterio: las ocho mejores raquetas femeninas del mundo, reunidas en Madrid, pasan más tiempo sobre la pista que sus compañeros tenistas hace dos semanas en el torneo masters. Juegan muchos más minutos. Y lo hacen, ahí está el misterio, siendo menos fuertes, menos potentes y menos atléticas que los hombres. Cuestión de estilo.
"El nivel es muy parejo y todas tenemos posibilidades de ganar los partidos. Por eso duran tanto", explica Nadia Petrova, a la que no le sorprende que ninguna semifinal del masters masculino llegara a la hora de juego, frente a la hora y media larga de media que están empleando ella y sus compañeras en Madrid. "Esto es muy competitivo y por eso es igualado. Las diez primeras del mundo somos distintas al resto, más rápidas y fuertes, mucho más agresivas y estamos cada vez más cerca de los hombres", continúa tras ser derrotada ayer por la belga Justin Henin por 6-4 y 6-4. "Hoy he acabado muy cansada", añadió, "porque en Madrid jugamos a las diez de la noche, no acabamos hasta las doce y no nos vamos a la cama hasta las tres. No nos da tiempo de recuperarnos".
El cansancio, por lo tanto, es un factor. Otro, la diferencia de estilos. "Soy la prueba de que en el circuito femenino se puede sobrevivir sin músculo, sólo con talento", explica Henin. "Uso cosas diferentes al resto y estoy orgullosa de ello. Como no soy fuerte, me muevo arriba, voy recta, soy rápida. Me encanta ser diferente".
"Entre las mujeres se ve más tenis y más vistoso, porque los puntos son más largos y la falta de fuerza se compensa con la técnica", analiza la tenista Vivi Ruano. "Como tenemos menos fuerza, hay que pensar más, decidir dónde colocarla... no vale desbordar al rival sólo con la fuerza. No podemos jugar sólo con saque, resto y volea, como los hombres. Entre las mujeres no se descoloca tanto al rival por potencia. No hay saques tan potentes y por eso se resta bastante. Siempre hay peloteo, a no ser que la pista sea muy rápida. Y los aficionados lo agradecen".
"La diferencia con los hombres es la fuerza", coincide Anabel Medina, la número uno española, 22 del mundo. "Los hombres sacan mucho mejor y por eso tienen que jugar menos puntos. Con nosotras se ven muchos más. Ahora, sin embargo, se tiende mucho a lo físico: o eres muy talentosa o tienes que estar muy fuerte, como las diez primeras del mundo".
Dicen las tenistas que el talento, la técnica, es patrimonio de las mujeres. Que los hombres juegan a otra cosa, palo va, palo viene, subidos a la potencia de sus saques. Que, además, las cosas, el músculo, la fuerza, se van igualando. Stefan Ortega, entrenador de Svetlana Kuztnetsova, no está de acuerdo: "Los hombres tienen más variedad de juego, más habilidad y más opciones", señala. "La mayoría juegan con más efectos que las mujeres. Eso, entre ellas, con la excepción de Mauresmo y Henin, es menos frecuente. Ellas juegan más plano y recto".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.