Duran califica de "cierto fraude" que un "perdedor" sea el presidente

Los nacionalistas de CiU elevaron ayer el tono de sus acusaciones contra las formaciones de izquierda catalanas y, tras hablar esta semana de "engaño" a la ciudadanía, ayer el secretario general de la federación, Josep Antoni Duran Lleida, señaló que la reedición del tripartito suponía "un cierto fraude". El consejero de Economía en funciones, Antoni Castells, emplazó a los convergentes a "no pasarse de la raya" en sus acusaciones.

"Se ha dejado fuera del Gobierno a la fuerza política con más diputados y que ha ampliado la diferencia en escaños. Se está haciendo presidente a una persona que ha obtenido los peores resultados", criticó Duran en declaraciones a la emisora Catalunya Ràdio.

Tanto Duran como el líder de Convergència i Unió (CiU), Artur Mas, recordaron la dimisión del secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, después de que los republicanos perdieran la mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado, "y aquí, como consecuencia de la pérdida de votos y escaños del PSC, se hace presidente a su dirigente. Es la diferencia", comentó el líder democristiano. "Aquí el que tiene el gran fracaso tiene el gran premio. ¿Eso es fortalecer la democracia? Esto avergüenza a mucha gente que no volverá a votar", agregó el líder de CiU.

Mas insistió en este argumento y manifestó que él en su caso habría dimitido como líder de CiU si hubiera obtenido unos resultados similares al presidenciable socialista, José Montilla. "Si estando en la oposición y con las expectativas favorables que tenía, yo hubiera perdido las elecciones, habría dimitido", declaró, pero sin reclamar abiertamente el cese del líder del Partit dels Socialistes (PSC).

La afirmación de los nacionalistas cuestionando la designación de Montilla provocó el enfado de los dirigentes del PSC y Antoni Castells, número dos de la lista por Barcelona, manifestó que los dirigentes de CiU "se están pasando de la raya" al poner en entredicho la "calidad democrática" del pacto entre los socialistas, Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa Verds (ICV).

También el secretario de organización del PSC, José Zaragoza, instó a los dirigentes de CiU a "no radicalizarse como el Partido Popular" en su tarea de oposición y a "desmarcarse" de las manifestaciones en contra de la formación del tripartito convocadas para estos días. "Esperamos que CiU no se radicalice y que no intente transmitir a la gente que se les arrincona en el debate parlamentario. CiU es lo suficientemente responsable y sensata como para no entrar en la radicalización de la vida política, porque creemos que éste no es su estilo", señaló el dirigente del PSC.

Zaragoza precisó que las fuerzas del tripartito practicarán una política de "mano tendida" hacia los nacionalistas en el Parlamento catalán y que lo propio hará el PSOE en el Congreso de los Diputados, como quedó claro, dijo, en las palabras del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Tender puentes

A pesar de sus duras críticas contra la izquierda, Duran Lleida recogió el testigo y se mostró dispuesto a tender puentes con el resto de formaciones, sobre todo con "las fuerzas que pueden tener fronteras con CiU", o sea el PSC y Esquerra. Artur Mas, por su parte, exhortó a Zapatero a clarificar sus alianzas parlamentarias porque los nacionalistas, anunció, rechazarán un totum revolutum. "Si Zapatero no deja muy claro que tiene otra preferencia de alianzas en la política española que pasa por CiU, no obtendrá nuestro apoyo en el Congreso".