Pedrosa, al servicio de Hayden

En el box del equipo oficial de Yamaha, en el que corren Valentino Rossi y Colin Edwards, los monitores de televisión que los miembros del equipo utilizan para seguir los tiempos por vuelta que registran sus pilotos están al fondo del taller, anclados en fila en un biombo el uno al lado del otro. Gane Rossi o se caiga Edwards, la estampa de los mecánicos es la de un equipo de fútbol formado, de espaldas al terreno de juego y con los ojos pegados a los monitores. Los miembros del equipo del italiano comentan la jugada entre ellos pero también con los del piloto tejano que, tras la andanada pública que le dedicó il dottore en la revista oficial de Yamaha hace unas semanas, se han puesto el mono de trabajo para tratar de echarle una mano a su jefe de filas. Y Rossi se lo agradece: "Llegamos a la última batalla y este fin de semana Colin será mi mejor aliado". Más bien será el único porque, a sus espaldas, una legión de pilotos subidos a motos Honda tratarán de hacerle la vida imposible o, al menos, eso dicta la lógica competencia entre las dos fábricas de motos más potentes del mundo. Se cierra el Mundial de MotoGP este domingo en Cheste y todo está como al principio: por decidir. "He hablado con Colin y su función será vital para que pueda ganar el campeonato. Espero que este fin de semana aún sea más importante de lo que fue en Portugal -se colocó entre Rossi y los demás pilotos a modo de tapón-. Él será rápido aquí porque conoce el circuito de cuando corría en Superbikes. Espero mucho de él", presionó el corredor de Tavullia, líder de la clasificación general gracias al accidente que en el circuito de Estoril sufrió Nicky Hayden cuando fue arrollado por Dani Pedrosa, su compañero.

"No he hablado con Dani, pero tras su error nuestra relación no será igual", afirma el americano

"Cuando veo el vídeo de la caída de Portugal me entran ganas de vomitar", aseguró ayer Hayden, que había comandado el Mundial desde la tercera prueba del año, celebrada en China a finales del mes de abril, y hasta que Pedrosa se lo llevó puesto hace 15 días. "En cualquier caso ya no tengo tanta presión como antes. Sólo me queda una posibilidad: ganar. Esa es la única orden de equipo que me sirve", convino el piloto de Kentucky. "Con Pedrosa aún no he hablado, espero poder hacerlo el sábado por la noche -tras los entrenamientos oficiales -", ahondó el estadounidense que, sentado al lado de su colega en la conferencia de prensa, advirtió un antes y un después de lo ocurrido en Portugal en su relación con Dani. "Cuando yo cometo un error estoy mal, pero lo que ocurrió la pasada carrera fue increíble. Lo que está claro es que nuestra relación será distinta a partir de ahora", soltó Hayden.

"Voy a tratar de ayudar al equipo en la medida que me sea posible", comentó el tricampeón español de Castellar del Vallès, con el semblante serio como de costumbre. "Si es difícil controlar lo que hace uno mismo durante una carrera, aún lo es más controlar lo que hacen dos de los demás pilotos", reflexionó el motociclista catalán, que el domingo correrá delante de su hinchada y en uno de sus circuitos favoritos, donde ha ganado tres veces. Mucho menos le gusta el trazado a Toni Elías, recién renovado su contrato con el equipo Gresini tras el genial triunfo que le arrebató in extremis a Rossi en Estoril, el primero del piloto manresano desde que compite en MotoGP. "Éste es un circuito en el que va rápido todo el mundo", lamentó Elías, auxiliado por los técnicos de Michelin el sábado anterior a la carrera de Portugal. "Me trajeron un neumático con una carcasa nueva. Lo construyeron para Pedrosa y, al pedirle ayuda a Nicolás

[Goubert, responsable de la marca de francesa en las carreras], me lo dieron el día antes de la carrera", dilucidó Elías, que fue de una claridad diáfana cuando se le preguntó por unas hipotéticas órdenes de equipo en Honda. "A mí no me han dicho nada, aunque yo estoy abierto a colaborar si me lo piden", reconoció el piloto español, compañero de Marco Melandri en el equipo dirigido por el ex piloto Fausto Gresini.

En el taller del equipo Honda Racing Corporation, el que comparten Pedrosa y Hayden, los monitores que corresponden a cada piloto están en paredes opuestas, y los mecánicos de los dos pilotos se dan la espalda.