Documanía retrata la vida y la obra de Picasso en dos producciones

Cuando se cumplen 125 años del nacimiento de Pablo Picasso, Documanía (dial 60 de Digital +) quiere unirse al homenaje con la emisión, el mismo día de su aniversario, de una programación especial dedicada al genial artista español, considerado uno de los grandes maestros del siglo XX. Con este fin, la cadena estrena esta noche los documentales Matisse y Picasso (23.00), donde se analizan las relaciones entre los dos artistas, y El pintor y su obra (24.00), centrado en uno de sus cuadros más sorprendentes: La crucifixión.

Matisse y Picasso traza un retrato exhaustivo de estos dos grandes artistas, que coincidieron en la época, y que en arte rompieron con la tradición y con todo lo establecido. La producción cuenta con una amplia muestra de sus magníficas obras, material de archivo y los testimonios de biógrafos e historiadores. También muestra la vida, obra y, sobre todo, la relación que existió entre los dos, uno representante del fauvismo y otro del cubismo, dos movimientos que marcaron el arte del siglo pasado y que ya son considerados los principales inventores del arte moderno. Cuando se conocieron gracias a sus amigos comunes, los hermanos Gertrude y Leon Stein, en invierno de 1905-1906, Matisse y Picasso estaban construyendo las bases de lo que serían el fauvismo y el cubismo. Poco a poco, el tiempo les fue uniendo. Oscilando entre la amistad y la competición, su vínculo fue fundado, en palabras de Matisse, sobre un genuino "artístico fraternal". Ambos admiraban y alababan lo que hacía el otro. Aunque sus métodos y sus temperamentos eran distintos, establecieron un peculiar diálogo a través de sus trabajos, intercambiaron pinturas y analizaron sus contradicciones.

El segundo documental, El pintor y su obra, analiza una de las obras más sorprendentes de Picasso (1881-1973), La crucifixión. Picasso ha tratado muy poco el tema religioso, y más allá de una representación típica y tópica del calvario, pone en escena extraños personajes. El sacrificio se convierte en una especie de ceremonia iniciática o de exorcismo. Colores inusuales como rojos, amarillos y verdes que componen un conjunto de formas entremezcladas.