"Eto'o es fundamental para el Barça"
Raúl recupera su juego y amenazará a los blaugrana desde la banda derecha
La tensión del clásico destiló pocas palabras imprevistas en el capitán del Madrid, Raúl González. Su valoración más aguda del partido es una evidencia que el vestuario de Chamartín recibió con alivio hace tres semanas cuando Eto'o se lesionó. Lo sabe Raúl porque conoce al hombre de primera mano y lo sabe toda la afición de España: "La baja de Eto'o es fundamental para el Barça".
"Es un grandísimo jugador", dijo ayer Raúl del que fuera su compañero entre 1998 y 2002. Con esto, el capitán devolvió prolijamente los piropos que hace poco le envió el camerunés desde Barcelona. "Es una pena que se haya lesionado", prosiguió. "Le mando un abrazo. Sus goles y su movilidad han sido muy importantes para su equipo. Está claro que el Barça tiene jugadores para ocupar esa posición pero puede acusar su baja. Siempre que ha venido al Bernabéu, Eto'o nos ha causado problemas".
"Hace 20 días dije que estaba bien y que los goles llegarían, ¿no?", refirió el punta
La posición de Raúl en el Madrid se ha reforzado en el último mes. Después de un año y medio de lesiones y aventuras en el centro del campo, el jugador ha regresado a su ámbito natural. Ahora Raúl ya no se pierde en discursos de autodefensa explicando al mundo que también puede jugar como enganche. Al parecer, le va quedando claro que, o es un goleador, o es un futbolista banal. Ayer aprovechó la ocasión para subrayar su poder. "Hace 20 días hablé aquí mismo", recordó, en referencia a la sala de prensa de Valdebebas; "y dije que estaba bien y que los goles llegarían, ¿no?".
En efecto. Raúl se conoce a sí mismo y en los últimos 20 días ha sido titular en cuatro partidos y ha marcado en los cuatro. La frecuencia anotadora le ha rescatado de la amenaza del banquillo y le ha justificado ante su entrenador, Fabio Capello, que puso toda su confianza en él afrontando para ello una serie de críticas que gestionó con humor. Los goles sirvieron para que Raúl se reencontrase con su esencia como futbolista después de un año sin marcar. De paso, lo libraron de la amenaza del banquillo, cada vez más patente desde que Robinho y Reyes demostraron su jerarquía abriéndose paso por la banda izquierda.
Mañana, Raúl será titular de nuevo para recibir al Barcelona en una de esas noches que propician su furia competitiva. Capello piensa colocarlo en la derecha, una demarcación extraña, en la que nunca antes jugó, pero que sin embargo le permitió llegar al área del Steaua y el Atlético perfilado para el remate en el último partido de Liga de Campeones y en el derbi. Contra el Atlético hizo un gol que celebró dando brincos y gritos y señalándose su dorsal, el siete, con los pulgares. Ayer le preguntaron a cuento de qué venía tanta elocuencia en él, que siempre se había manejado con cierta grandeza seca. "Si en un derbi no puedo celebrar el gol con entusiasmo y con ganas no sé cuando lo voy a hacer", replicó. "Dicen que iba dedicado a alguien y ahí se equivocan". Raúl dejó caer un desmentido: nunca empleó el gol para dedicárselo al seleccionador, Luis Aragonés, a modo de mensaje resentido por no haberlo convocado con España. Lo cierto es que su festejo pareció cualquier cosa menos un homenaje a otra persona que no fuese él mismo representado por el siete.
La jornada de ayer deparó una noticia mala y una buena al Madrid. La mala era esperable. El tercer intento del club por salvar la sanción de Ronaldo fracasó y, tras denegar la suspensión cautelar el Comité Español de Disciplina Deportiva, el delantero se perderá el partido. Las buenas noticias se relacionan con la recuperación de tres jugadores: Guti, Reyes y Beckham superaron sus lesiones y se entrenaron con el resto del equipo.
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