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Entrevista:MARGARITA BORJA | Dramaturga

"El avance de la mujer ha sido muy lento"

En medio del bullicio del Festival Iberoamericano de Teatro (FIT), hay un rincón para la reflexión. Reflexión en femenino. Han pasado ya 10 años desde que un grupo de mujeres creadoras de las artes escénicas impulsó en torno a este certamen teatral de Cádiz una reunión que sirviera para exponer sus problemas comunes. Una de sus impulsoras, Margarita Borja (Alicante, 1942), asegura que a un lado y otro del océano Atlántico las mujeres autoras se han enfrentado a las mismas dificultades. Principalmente, la infravaloración. Ella misma lo ha notado cuando ha querido estrenar y los programadores le han puesto reparos al contenido reivindicativo de sus obras, como su último montaje Olimpia, la pasión de existir, basado en una autora francesa revolucionaria. Porque en sus composiciones teatrales ha buscado los personajes femeninos luchadores. Para trazar a través de ellas un homenaje a tantas mujeres que siguen en la batalla de la igualdad, hasta ahora, no ganada.

Pregunta. ¿Qué metas han conseguido cumplir estos encuentros de mujeres 10 años después?

Respuesta. Se han ido cumpliendo muchas cosas. Una de las más importantes ha sido el relevo generacional. Diez años después estamos las que empezamos pero han ido apareciendo jóvenes con problemas generacionales y planteamientos estéticos y escénicos distintos. Eso es un logro. Luego ha estado el intercambio de prácticas artísticas con obras salidas de dramaturgas participantes del encuentro o la organización de talleres muy productivos. Y también la presencia de investigadores, incluso fuera del ámbito iberoamericano.

P. El lema de los encuentros de este año ha sido La memoria del futuro. ¿Qué se ha perseguido en esta edición del décimo aniversario?

R. Hemos querido hablar de la memoria no sólo como recuperación sino de la memoria como bagaje que se proyecta en el futuro, la que permite rectificar. El proceso de elegir de manera crítica, de modificar lo que existe de manera simbólica, que es lo que nos corresponde en el teatro, es dinámico y por eso hemos elegido este lema.

P. Ha contado que empezó a escribir porque no se les daba la oportunidad a personajes femeninos. ¿Se ha ido mejorando esa carencia?

R. Ha cambiado bastante. Empieza a ser más visible el trabajo de las autoras. Está más divulgado. Hay muchos personajes históricos femeninos que han sido abordados tras mucho tiempo de olvido, gracias a las autoras. Yo, por ejemplo, ahora he hablado de Olimpia de Gauges. El problema es que a las mujeres nos han sesgado la transmisión y eso hace que parece que no tengamos un bagaje detrás; pero sí lo tenemos porque autoras de teatro ha habido siempre.

P. Pero los problemas de las mujeres creadoras, ¿se solucionan o se mantienen?

R. La ONU ha sido muy explícita. El avance de la mujer ha sido muy lento. Seguimos estando postergadas. Ha sido una lucha de siglos y creo que todavía queda uno o dos más para conseguir la igualdad. La opresión a las mujeres es un punto de apoyo al sistema patriarcal y eso es bastante preocupante. Aunque lo bueno es que hay varones que, como yo diría, se ponen la camiseta y nos apoyan. Pero, cuantitativamente, se ve que los programadores nos programan menos, recibimos menos ayudas de las administraciones. Cuando producimos con recursos propios y se consigue estrenar con mucho esfuerzo, es difícil que nos mantengan y, mucho más, cuando el tema es de conflicto y el programador cree que pueda molestar. Pero el teatro sin ese punto crítico no existe.

P. ¿Y qué diferencias hay entre las dificultades de las mujeres de Iberoamérica y España?

R. Los problemas de las mujeres son los mismos en todo el mundo. Es la infravaloración, el infraempleo o la violencia. Lo que cambia es que la energía de la lucha depende del grado de lucha que haya en cada país. Los problemas son los mismos pero los cauces de expresión cambian. Las formas artísticas son diferentes pero, en el fondo, subyace el mismo discurso.

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