Wang Guangmei, ex primera dama china
La viuda de Liu Shaoqi sufrió las purgas de la Revolución Cultural y pasó 12 años en prisión
Fueron los periódicos de Taiwan los que informaron del fallecimiento de Wang Guangmei. La prensa oficial china mantuvo el silencio porque hace referencia a uno de los periodos más dramáticos de la historia reciente del país asiático, que los líderes actuales se niegan a revisar porque podría poner en juicio la figura de Mao Zedong, y, por extensión, la autoridad del propio Partido Comunista.
La muerte de Wang coincide con el 30º aniversario del fin de la Revolución Cultural, el movimiento lanzado por Mao para acabar con sus oponentes políticos, como Liu, e insuflar nuevos aires a la revolución comunista, y que sólo acabó con la muerte del fundador de la República Popular China, en septiembre de 1976, y la consiguiente detención de la llamada Banda de los Cuatro.
Wang, una mujer bella, elegante y erudita -licenciada en Física Atómica, hablaba inglés, francés y ruso-, trabajó como intérprete en los esfuerzos de mediación entre Mao y el líder nacionalista Chiang Kaishek llevados a cabo por Estados Unidos después de la II Guerra Mundial.
Su papel provocó la admiración de muchos observadores norteamericanos presentes en las conversaciones, pero años más tarde sería utilizado en su contra. Fue acusada de ser espía de Estados Unidos. Liu Shaoqi, considerado el sucesor natural de Mao, cayó en desgracia y fue calificado de ser "el mayor roedor capitalista del partido" y de haber traicionado al Estado. El Gran Timonel inició una campaña contra él después de que las políticas económicas liberales de Liu minasen su autoridad, y éste pusiese en duda la capacidad de Mao para gobernar el país tras el fracaso del Gran Salto Adelante.
Wang había despertado las iras de Jiang Qing, la influyente esposa del líder chino, porque solía utilizar un collar de perlas y, en los viajes al extranjero en los que acompañaba a su marido, vestía con gusto y refinamiento, en una época en la que la moda y los accesorios femeninos eran considerados en China una señal de decadencia burguesa.
En 1966, cuando la Revolución Cultural estaba en plena euforia, alrededor de 300.000 estudiantes se congregaron en la Universidad pequinesa de Qinghua para someter a Wang a una "sesión de lucha". Los guardias rojos (unidades paramilitares de universitarios radicales durante el movimiento) la obligaron a portar un qipao (el exquisito vestido tradicional femenino chino, de cuello redondo y corte alto en los laterales), tacones y un collar de pelotas de pimpón, como crítica a su afición a las perlas. El año siguiente, Liu y su mujer fueron puestos bajo arresto domiciliario.
En 1968, Liu fue desprovisto de todos sus cargos, expulsado del partido y desapareció de la escena. Murió en 1969, pero su esposa no lo supo hasta años después. Sólo tras la muerte de Mao fue revelado que había vivido en la cárcel en condiciones terribles y que había fallecido de diabetes y neumonía por falta de cuidados.
Wang Guangmei fue liberada en 1978. Tras la llegada al poder de Deng Xiaoping. El Pequeño Timonel, que también había sido purgado, rehabilitó a la familia en 1980. Después fue directora del Buró de Relaciones Exteriores de la Academia China de Ciencias Sociales y miembro del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular.
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