La crisis de Airbus golpea ya a España al obligar a ITP a suprimir 130 empleos
Gallois toma el control del grupo europeo y anuncia que mantendrá el plan de reestructuración
Industrias de Turbo Propulsores (ITP) anunció ayer a sus trabajadores que la crisis en Airbus, con el retraso en las entregas del A-380, supone la suspensión del programa Tren 900, que realizan en colaboración con Rolls-Royce, y la salida de 130 trabajadores de su planta de Zamudio (Vizcaya). Los afectados son trabajadores con contrato temporal del área de producción. El nuevo responsable de Airbus, Louis Gallois, no perdió ayer el tiempo. A primera hora de la mañana anunció que se mantiene el plan de reestructuración elaborado por su predecesor.
Industrias de Turbo Propulsores, cuyo capital se reparte entre la ingeniería Sener Aeronáutica (53,125%) y Rolls-Royce (46,875%), participa a riesgo compartido con un 16,6% del motor para el A-380. En concreto, se ha encargado del diseño y la producción de la turbina de baja presión. Este contrato debe proporcionar a ITP cerca de 1.700 millones de euros de facturación. La parte de ingeniería, que se ha desarrollado en los centros de Madrid y Zamudio, no se verá afectada por el ajuste al haber terminado su tarea. Los 140 empleos saldrán de la fábrica del Parque Tecnológico de Zamudio. El excedente representa aproximadamente un 30% de la capacidad de producción de esta planta que ocupa a un total de 508 personas.
La empresa confirmó ayer que había explicado a los trabajadores cómo el aplazamiento de las entregas del avión gigante A-380 tendría efectos directos sobre el empleo por lo menos hasta finales de 2008, fecha en que se piensa se pueda reanudar la producción.
Los trabajadores afectados serán en su mayoría temporales, 100 empleados directamente y 30 de forma indirecta. Fuentes de la empresa aseguraron que el coste de la producción hace imposible fabricar contra almacén y mantener los motores en stock. La parada de la producción será inmediata.
ITP, que facturó el pasado año 377 millones de euro y logró un beneficio de 40 millones, cuenta con 11 centros de trabajo y emplea a 2.244 trabajadores. Sus centros en España están en Ajalvir (Madrid), en San Fernando de Henares (Madrid), en Madrid, en Getafe, en Barakaldo (Vizcaya) y en Derio (Vizcaya). En el extranjero está presente en el Reino Unido, EE UU y México. Su actividad se concentra en la ingeniería, fabricación y mantenimiento de motores.
Las acciones al alza
El plan de reestructuración Power8, elaborado por el anterior consejero delegado de Airbus, Christian Streiff, se llevará a cabo, incluidas las reducciones de empleos, según aseguró en un programa de radio Gallois. El nuevo consejero delegado viajó tras el anuncio a la sede central del fabricante europeo de aviones en Toulouse, donde se reunía primero con los representantes sindicales y después con 350 cuadros directivos de la empresa.
El objetivo es ambicioso: reducir los costes de funcionamiento en un 30%, pero no habrá despidos, sino jubilaciones y salidas pactadas, que algunas fuentes cifran en unos 10.000 trabajadores de los 50.000 con que cuenta Airbus.
Las acciones de EADS subieron ayer un 3,62% hasta 20,89 euros. La compañía salió a Bolsa en 2000 a 18 euros por acción. Los mercados reaccionan positivamente a la llegada de Gallois no sólo por sus cualidades de gran organizador y excelente negociador, sino también porque se ha comprometido a hacer la reestructuración. Probablemente puede hacerlo en tanto que, a su condición de consejero delegado de Airbus, une la de copresidente ejecutivo del consorcio aeroespacial europeo EADS, la casa madre, en donde hay que situar el origen de los problemas del fabricante de aviones europeo derivados de la ya insostenible bicefalia franco-alemana del consorcio.
"No es un problema francés o alemán", señaló Gallois, "es un problema de Airbus, que no es una sociedad lo suficientemente integrada". Y añadió: "Ahora ya no puede haber conflictos potenciales entre el copresidente de EADS y el presidente de Airbus, lo que permitirá un sistema de toma de decisiones más simplificado y unificado. El patrón de Airbus debe disponer de los medios para trabajar". Gallois aseguró que el avión gigante A-380, cuyos sucesivos retrasos en las entregas han sido determinantes para la crisis que padece Airbus, saldrá adelante y será un éxito. "Será certificado a finales de este año".
Pese a la fama de buen negociador y hombre con conciencia social ganada a pulso durante sus 10 años al frente de los ferrocarriles franceses SNCF, los sindicatos temen que entre los planes de reestructuración elaborados por Streiff y que Gallois pretende aplicar, figuren deslocalizaciones de producción a países que se mueven en el área del dólar. Uno de los principales problemas de competitividad del constructor europeo es precisamente la revaluación del euro, y así lo reconocía ayer el nuevo presidente.
El delegado de Force Ouvriere (FO), Julien Talavan, reconocía el talante de Gallois y también la difícil ecuación que debe resolver. "No nos inquieta", explicó, "le conocemos bien, tiene práctica en el diálogo social, pero los problemas de Airbus siguen estando ahí".
Para el Gobierno francés la llegada de Gallois a la cabeza de Airbus combinada con su copresidencia de EADS es un éxito. El Estado galo controla un 8% de las acciones del consorcio y piensa mantenerlas. En la sesión de preguntas al Ejecutivo en la Asamblea Nacional, el ministro de Economía, Thierry Breton, se felicitó por la salida de la crisis y recordó que ahora Gallois "es el único que tiene las riendas en mano", precisamente lo que "deseaba el Gobierno francés desde hace tiempo".
El ministro alemán de Finanzas, Peer Steinbrück, confirmó ayer en Luxemburgo que el Gobierno alemán está barajando la posibilidad de entrar en el accionariado de EADS para evitar que Alemania pierda peso en la empresa tras una posible venta de acciones por parte de DaimlerChrysler, informa Cecilia Fleta. "Estamos aún comenzando a discutir y a evaluar y hasta que no hayamos avanzado más no tiene sentido sacarlo al debate público", declaró Steinbrück. La prensa alemana asegura que se estudia una participación temporal a través del Instituto de Crédito para la Reconstrucción (KfW), propiedad del Estado.
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