Alfio y los 'boludos'

Cuenta un veterano de la selección argentina que el día que supo de verdad quién era Alfio Basile llegó tarde a la charla técnica. Se jugaba la Copa América y el vestuario respiraba el aire de las ocasiones solemnes. El círculo de jugadores contenía el aliento y aguzaba el oído. Al pie de un esquema dibujado con tiza, el seleccionador remató su plan con la voz ronca que le caracteriza. Esa voz de tango barrida por el whisky, el tabaco y las horas de tertulia en el bodegón de la esquina de Las Heras y Ortiz de Ocampo, en Buenos Aires. "Nosotros", dijo Basile, señalando unas marcas en la pizarra, "nos vamos a parar así; y ellos se van a colocar así y nos van a cerrar por afuera. Pero nosotros no somos boludos. ¿Somos boludos? ¡Noooo! Y como no somos boludos vamos a salir por adentro".

"No se entrene, que usted no puede resfriarse", le dijo Basile a Gago un día que llovía

Basile, que esta noche ocupará el banquillo de Argentina frente a España, siempre reservó una mueca de ironía para quienes sofistican el juego. O para quienes hacen del fútbol algo tremendo. Cuando ayer le preguntaron si era consciente de las consecuencias que tendría para Luis Aragonés una derrota de España, hizo un silencio y libró la voz de trueno: "¿Y...?". Miró a la audiencia y, tras la pausa, hizo el apunte: "¡No dramaticemos el fútbol!".

Roberto Ayala es el capitán de la selección argentina. "No lo conozco mucho", confesó ayer, "pero parece un técnico que te da libertad para tomar decisiones en el terreno de juego. Libertad con responsabilidad". Ayala no sabe mucho de su nuevo entrenador, pero sabe lo esencial. Basile huye de atiborrar a los jugadores con conceptos tácticos. En una de las últimas tertulias de bodegón dijo: "Yo en la selección voy a poner a los mejores. A los jugadores les he dicho que tenemos técnica. Y contra la técnica no hay táctica que valga".

Los adeptos de Basile asienten y ríen. Lo mejor del nuevo seleccionador, explican, es que dispone de una colección inagotable de anécdotas triviales a las que dota de una carga profunda de humor criollo. Sólo con un tono sutil es capaz de despertar la hilaridad. Nada de lo que cuenta es ficción. Como aquella vez que llovía y los jugadores de Boca habían empezado a entrenarse en el barro. Dice Fernando Gago, la estrella del equipo, que se disponía a unirse a sus compañeros cuando Basile lo mandó a su casa con unas palabras que nunca olvidará: "No, hoy mejor no se entrene; que usted no se me puede agarrar un resfriado".

Mientras España se recluye en el último gran hotel murciano, el Intercontinental, en pleno desierto de Torre Pacheco y a 60 kilómetros de la capital, la concentración de Argentina se ubica en un hotel muy céntrico, junto a la catedral, entre periodistas y seguidores. Ayer había un ambiente distendido. Los jugadores se mostraban relajados. Aimar discurría sobre el misterio de la selección española: "Tiene un gran equipo. Puesto por puesto, cuenta con los mejores de Europa. Sin embargo...".

A diferencia del equipo que presentó Pékerman en el Mundial, la selección de Basile jugará sin un nueve clásico. El lugar de Riquelme lo ocupará Lucho González y en la media punta contará con Insúa. Basile anunció la alineación ayer por la tarde: Abondanzieri; Zabaleta, Ayala, Milito, Arruabarrena; Mascherano; Lucho González, Maxi, Insua; Tévez y Messi.