"Se podía contar con este traspié"

España empezó a perder el partido de ayer hace un mes, en Irlanda del Norte. Eso es lo que argumentó ayer Iker Casillas, el portero de la selección, que ayer debutó como capitán de España. "Estoy triste por el partido", dijo. "Quizás podíamos perder en esta ocasión. Nos ha faltado definición. Cuando no podíamos perder era el otro día contra Irlanda. Y eso nos ha pasado factura. El otro día no estuvimos a la altura. Hoy sí podíamos contar con la derrota. Sí se podía contar con este traspié. Son dos golpes duros, pero esto se puede remediar", concluyó.

Albelda, un veterano de la selección, abundó en la misma idea. "Estamos jodidos, pero se vende un drama y hay que analizar la situación fríamente. Quedan nueve partidos, 27 puntos. La cagada fue Irlanda, porque Suecia es un equipo grande", argumentó. "Hemos tenido posesión, pero no hemos encontrado huecos. Y ellos, con dos ocasiones, casi nos meten tres goles". ¿La situación de la selección es culpa de la presión que ejerce el entorno, los periodistas y aficionados?, le preguntaron. "Es un tema preocupante", contestó. "Son muchos años con esto. Yendo bien o mal, siempre hay debate, el entorno siempre es el mismo. El camino al Mundial [de Alemania], fue parecido: fuera nos costaba y en casa sentenciábamos. Estamos buscando el camino. ¡Joer, que nunca hemos ganado nada!".

Sergio Ramos, por su parte, le dio la razón al seleccionador, que explicó la derrota sobre la base de los fallos defensivos de la selección. "Hemos trabajado bien, pero ellos han sabido aprovechar una contra en la que nosotros nos hemos quedado reclamando un gol", explicó el defensa madridista. "Ellos han presionado mucho y han salido muy rápido", continuó.

"Estamos un poco desanimados. Ahora, cualquier fallo nos dejará fuera. No podemos perder ni un partido más. Tras tanto desgaste, tras vaciarte sobre el campo, se te queda cara de tonto".

Con Ramos coincidió el sevillista Puerta, que vivió una noche extraña: debutó con la selección con derrota, protagonizó una de las jugadas polémicas del partido -le derribaron al borde del área y reclamó penalti- y ni siquiera tuvo tiempo para pasar por el vestuario tras el partido. Le tocó pasar el control antidopaje. "Debutar aquí ha sido un bendito marrón", admitió el extremo, un habitual de la selección sub 21. "Ellos fueron más listos. Mientras nosotros protestábamos pidiendo gol, siguieron la jugada y marcaron el segundo" ¿Ha sido un palo muy fuerte? "Sí, pero ningún palo te tumba. Todavía podemos conseguir la clasificación. No está todo perdido. Hay que luchar".