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Luz verde para la construcción de la desaladora de Torrevieja

La sociedad estatal Acuamed (Aguas de las Cuencas del Mediterráneo) autorizó ayer el proyecto detallado elaborado por Acciona para la construcción de la desaladora de Torrevieja que se adjudicó en agosto pasado por un importe de 297,2 millones de euros. La supervisión del proyecto detallado es el último trámite previo al inicio de las obras, que deben estar culminadas a finales de 2008.

La desaladora de Torrevieja será la mayor de Europa con una capacidad de producción de 80 hectómetros cúbicos de agua al año. La planta está diseñada para ampliar su capacidad hasta 120 hectómetros cúbicos anuales en el futuro. "Sólo en Israel funciona una desaladora de semejante capacidad", explicó ayer un portavoz de Acuamed.

Las obras incluyen las canalizaciones y varios embalses para garantizar el abastecimiento a los regantes y usuarios de varias localidades de la zona, incluidas algunas del norte de Murcia. Según las estimaciones de Acuamed, 80 hectómetros cúbicos de agua abastecen el consumo medio de agua de una ciudad de un millón de habitantes.

Depuradora en La Ribera

En paralelo, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) anunció ayer en Carcaixent que la estación depuradora de aguas residuales (EDAR), que atenderá las necesidades de cuatro municipios de la comarca de La Ribera, entrará en funcionamiento a principios de 2007. "En enero", especificó Juan José Moragues, "depurará las aguas residuales procedentes de Carcaixent, La Pobla Llarga y Castelló de la Ribera que tienen los colectores más avanzados, y en abril recogerá también las aguas residuales de Alzira".

La planta depuradora servirá a una población de 154.000 habitantes, tendrá una capacidad para tratar un caudal medio de 26.000 metros cúbicos diarios y su red de colectores se aproxima a los 20 kilómetros de longitud. Un total de siete estaciones de bombeo impulsarán los vertidos procedentes de Alzira y Carcaixent hasta la instalación que se ha construido en un tramo más alto del río Júcar donde se hallan la mayor parte de las industrias de la Ribera Alta.

La obra, prevista desde 1993, ha sufrido diversos retrasos. Las obras se adjudicaron en 2002 por 20 millones de euros pero Moragues aseguró que el proyecto estaba "paralizado" cuando se produjo el cambio de Gobierno en 2004. La construcción de la plataforma del tren de alta velocidad, por un lado, y otras infraestructuras impidieron el desarrollo normal de las obras. El coste final de la depuradora ronda los 40 millones.

El presidente de la CHJ, acompañado por Antoni Bernabé, delegado del Gobierno, aprovechó la ocasión para advertir a los ayuntamientos de la comarca de que "controlen los vertidos a la red" procedentes sobre todo de las industrias dado que "una depuradora no es la panacea".

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