A vueltas con el cuarto de baño

Nadie podía imaginar que las iniciales en inglés del Campeonato del Mundo (WC) iban a resultar tan adecuadas. El búlgaro Véselin Topálov sospecha que el ruso Vladímir Krámnik esconde algún artilugio electrónico en el cuarto de baño de su camerino porque lo visita con mucha frecuencia. Krámnik, quien no se presentó en la quinta partida "por dignidad", según dijo, cuando ganaba por 3-1, recalcó ayer que se niega a reanudar el duelo si no se anula esa derrota por incomparecencia. Y el Mundial de ajedrez está paralizado desde el miércoles en Elistá (Rusia).

La Federación Internacional (FIDE) anunció ayer que ha aceptado la dimisión de los tres miembros del Comité de Apelación. Éste, a petición de Topálov, había decidido que ambos jugadores utilizasen el mismo aseo. La FIDE también dictaminó ayer que los jugadores volverán a utilizar los aseos iniciales, vigilados y electrónicamente aislados con inhibidores de ondas para evitar soplos de jugadas con ayuda de computadoras de ajedrez. Pero admitió que no hay acuerdo en cuanto a la posible revocación de la derrota de Krámnik por incomparecencia.

"Resulta antideportivo aferrarse a ese punto como hace Topálov. Es el único obstáculo para la reanudación. Esperamos que finalmente recapacite", dijo Miguel Illescas, uno de los entrenadores de Krámnik, a este diario mediante un mensaje telefónico. El gran maestro español considera que todo este lío es una guerra psicológica provocada por Topálov cuando va perdiendo, que el Comité de Apelación nunca debió dar crédito a sus sospechas y que no debió permitir que Topálov viera las imágenes de la cámara instalada en el camerino de Krámnik, ya que pueden revelar, por ejemplo, cómo reaccionó el ruso en la intimidad ante determinadas jugadas de su rival.

Sí lo hizo Silvio Danáilov, el entrenador y representante de Topálov, residente en Salamanca como el campeón del mundo. "Quiero aclarar que nosotros no acusamos a Krámnik de hacer trampas, pero sí vemos una duda razonable porque, por ejemplo, visitó más de treinta veces el baño durante la tercera partida y cada visita duró entre 60 y 90 segundos". Krámnik aclaró el viernes que había utilizado el retrete en cada partida como una prolongación de su pequeña área de descanso, para caminar entre jugada y jugada, y porque debe beber mucha agua. Danáilov aseguró que eso no cuadra con lo que se ve en el vídeo: "Krámnik cierra la puerta cada vez que entra y sale del baño, lo que no haría si estuviera paseando. Y cada vez que volvió del baño al escenario jugó al toque, sin pensar. Y cada vez que cometió un error fue en jugadas que realizó sin levantarse de la mesa. Además, durante la tercera partida sólo bebió media botella de agua".

Sin embargo, Danáilov cortó abruptamente la conversación antes de que se le formulasen preguntas esenciales: si Topálov está dispuesto a devolver a Krámnik el punto logrado por incomparecencia, como piden miles de aficionados en los foros de Internet, o por qué el búlgaro anunció el viernes que no volverá a estrechar la mano de su rival, lo que en ajedrez es un insulto grave.

Krámnik, de 31 años, sufre desde 2000 una espondilitis anquilosante, una enfermedad reumática cuyos pacientes no deben permanecer mucho tiempo sentados y sí caminar con frecuencia. Pero, en sus manifestaciones públicas, el ruso no la ha relacionado con sus frecuentes visitas al retrete.