"En España quieren espectáculo, y para mí jugar bien es vencer"
Fabio Cannavaro (Nápoles, 1973) es el líder de la zaga del nuevo Madrid. Al oírle discurrir el interlocutor va descubriendo que se trata de un digno central italiano, irreductible, impermeable, agresivo para salvaguardar ciertos valores muy cuestionados en el fútbol italiano. Deja la sensación, al concluir, de que cuando ya no quede nadie dispuesto a defender a Capello, o a la Juve, este chico de cejas superpobladas seguirá blandiendo la espada.
Pregunta. ¿Qué le parece el público del Bernabéu?
Respuesta. No es una hinchada organizada, como ocurre en Italia, donde hay tanta gente que canta y hace coros. Aquí el partido se vive de otra manera. Pero en lo esencial es lo mismo: si juegas bien te aplauden y si lo haces mal te pitan.
"Si tienes el 80% de la posesión y no haces un gol, la posesión no sirve para nada. Más te vale un balón arriba, cabezazo y gol. Tres puntos y a casa"
"No me siento traicionado por Moggi. Durante dos años di el máximo y gané dos 'scudettos' en el campo, dos títulos que siento como míos"
P. ¿Escucha más pitos que en Italia por no tener el balón?
R. Si tienes el ochenta por cien de la posesión y no haces un gol la posesión no sirve para nada. Más te vale un balón arriba, cabezazo y gol. Tres puntos y a casa. Al final, en el fútbol cuentan los resultados. Un equipo como el Madrid debe buscar jugar bien, pero los resultados son fundamentales.
P. ¿Qué es jugar bien?
R. Vencer.
P. Ese discurso es típicamente italiano.
R. Estoy contento con esa forma de pensar. Hemos ganado un Mundial jugando incluso bien en algunos partidos. Pienso que al final lo que cuenta es eso. Pero me doy cuenta de que estoy en un país nuevo donde se busca jugar más, se busca más el espectáculo. Y yo creo que el espectáculo es vencer.
P. ¿Qué piensa del Barça?
R. Que juega distinto a los otros. Lo hace bien y gana. Pero nadie ha dicho que si juegas bien ganas forzosamente: la tienes que meter dentro. Ellos tienen gente que hace goles. Pero yo pienso en el Madrid. Si me pongo a pensar en el Barça tengo que pensar demasiado. Mejor una cosa cada vez. Ahora tenemos que pensar en componernos, en convertirnos en un equipo. Lo que cuenta en el fútbol es ser un equipo: esto consiste en estar todos convencidos de lo que se hace, todos seguros de salir al campo y dar el máximo. El resto no interesa.
P. ¿Qué le falta al Madrid para ser un equipo?
R. Resultados. En el fútbol los resultados te ayudan a serenarte para preparar los partidos sucesivos con alegría. Los equipos que ganan se divierten. Juegan sin preocupaciones. Nosotros estamos comenzando: jugadores nuevos, técnico nuevo, dirigencia nueva. Buscamos una unidad entre todos, incluso con el público.
P. Se dice que Capello es disciplinado, ordenado, riguroso... ¿Qué significa todo esto?
R. Exigencia. Todos los días te pide lo máximo. Desde que llegas al primer entrenamiento del lunes. Esto te habitúa a que cuando llegue el domingo puedas dar lo máximo. Hay entrenadores y jugadores que son más tranquilos, pero al final no ganan porque no se han acostumbrado. No se puede llegar al día del partido y encender el interruptor. Al menos yo, siempre me he acostumbrado a rendir a tope todos los días. Me viene con naturalidad. No es que tenga que encender la luz.
P. ¿Tácticamente qué quiere Capello?
R. Le gusta un 4-4-2 normal. Lo que más pide es que haya una posesión más directa, jugar sobre los puntas. Quiere que acompañemos mucho a los puntas. Lo ven como a un defensivista, tal vez porque es italiano, pero ha dado ejemplo de ser lo contrario. Siempre ha jugado con dos puntas, dos interiores largos que también podrían ser puntas, y dos laterales largos. Al final lo único verdaderamente defensivo que queda son los dos centrales y un centrocampista. Lo que pasa es que como somos italianos nos toman el pelo diciéndonos que catenacciamos. ¡Ese fútbol ya no existe ni en Italia! En la selección jugamos con dos centrales y Gattuso: Pirlo juega el balón, Zambrotta juega el balón, Grosso también va arriba... Ha habido partidos en que los centrales nos hemos quedado dos para dos.
P. A veces las consignas de Capello parecen simples. Como si no tuviera ideas complejas: atrás defienden seis y arriba atacan los demás.
R. Él no dice que los defensores no pueden subir. Quiere un equipo equilibrado: que ataquen once y defiendan once. Es impensable que sólo defiendan cuatro. Si defienden cuatro a la larga te meten un gol. Cuando se dice que el atacante debe defender no es que tenga que marcar como yo, o Emerson. Se trata de posicionarse para achicar el campo y así ayudar a los compañeros a robar el balón para volver a empezar rápidamente. Si uno se va arriba solo y los otros tienen que correr, en el fútbol de hoy es difícil.
P. ¿Esta forma de ocupar el campo repercute sobre quien debe sacar el balón jugado?
R. Si yo soy el defensor y no hay nadie por delante entonces puedo avanzar tranquilo. Si tengo a alguien por delante debo darle el balón al lateral. La salida por el lateral es menos peligrosa.
P. A usted, como responsable de ordenar la defensa, ¿cómo le manda Capello situarse?
R. Debemos respetar las distancias. En Madrid estuvo Sacchi, el hombre que introdujo en Italia la cultura de la distancia. Si el balón está en el medio campo adversario, un defensor no puede estar en el borde de su área. Debe intentar hacer el achique para no permitir que el adversario se meta entre líneas. Si entre defensa y la línea del centro del campo hay un espacio muy amplio, los rivales se te meten ahí y te crean dificultades. Esta es la organización y la disciplina de la que habla Capello, pero no es exclusiva de Capello. Es lo mismo que piden todos los entrenadores.
P. ¿Y entonces de dónde le viene el prestigio? ¿qué lo diferencia de Lippi, o de otros técnicos?
R. Digamos que el míster, cuando uno lo ve, da casi miedo. Pero es su modo de posar, de mirar... Pide lo mismo que los otros, lo que sucede es que lo pide de un modo más fuerte para que lo entiendas mejor.
P. Entonces su particularidad es de orden psicológico, más que puramente técnico.
R. Trabaja mucho el plano psicológico. Por ejemplo, te presiona con los horarios. Quiere que la gente sea puntual. Que si se entrena a las once, a las once estén todos en el campo. Si llegas a las once y cinco le faltas el respeto a tus compañeros. Son cosas de la vida y el fútbol es parte de la vida. Cosas normales que a mí me han enseñado mis padres.
P. Este Madrid tiene dificultades para iniciar las jugadas. ¿quién debe sacar el balón jugado? ¿Emerson? ¿Los laterales?
R. Da igual siempre que sea rápido. Capello dice que si eres lento todo es predecible, si eres veloz el juego se convierte en impredecible. Con más calidad que los otros, si eres más rápido, te potencias.
P. Menotti dice que las jugadas que empiezan mal nunca pueden terminar bien.
R. Las jugadas, en el fútbol, las puede iniciar cualquiera. Si el portero coge el balón y lo tira a los delanteros está bien. Si lo hace el lateral, también. Malesani, en el Parma, quería que el balón lo sacara siempre el central...
P. ¿Balón largo del central al área contraria?
R. ¡Hay tantos modos de jugar al fútbol! No hay una fórmula según la cual tu dices: si juego así, gano. El calcio es bello porque es impredecible.
P. ¿Qué papel tiene Emerson?
R. Es el fiel de la balanza. Puede proteger la defensa y durante el año hace cinco, seis, siete goles. No es poco. Seguramente, como todos los nuevos, alterna prestaciones positivas con días malos. Necesita ambientarse y esto es difícil porque el fútbol es diferente.
P. ¿Por qué?
R. Porque en Italia durante la semana pensamos más en el partido. Aquí estamos un poco más... No diría relajados, pero vivimos el pre-partido de otra manera.
P. El club en el que usted jugó el año pasado perdió los títulos y fue descendido a Segunda por amañar partidos. ¿Usted en el campo no percibió nada?
R. No. Honestamente no, porque ayudas escandalosas no nos han dado nunca. Pienso que teníamos un equipo muy fuerte. Posiblemente el más fuerte de Europa. En la final del Mundial habían nueve futbolistas de la Juve. Si repasas las imágenes de los partidos del campeonato italiano hay errores arbitrales en contra y a favor del Juventus.
P. ¿Qué piensa del rol de Moggi, el ex director general del Juventus, en la trama de fraude?
R. Tenía muchos enemigos en Italia y cuando este caso se ha destapado se le han vuelto todos en contra. A mí no me gusta juzgar. Durante el Mundial di una entrevista en la que no ataqué a Moggi. Aquello fue interpretado como un modo de defenderlo. Lo que yo digo es que hay que dejar que el juez dicte una sentencia antes de hablar de culpabilidad. A mí no me pareció justo condenarlo. Pero creo que si ha fallado hay que condenarlo. Seré el primero en decirlo.
P. Zambrotta dijo que se sintió traicionado por Luciano Moggi. ¿Y usted?
R. Yo no. Siento que durante dos años di el máximo y que gané dos scudettos en el campo. Esos campeonatos los siento míos. Después, lo que hacen los dirigentes fuera del campo no me interesa. Yo he vencido en el campo.
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