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XIV Bienal de Flamenco

'Arena', del bailaor Israel Galván, inspira un tratado de un filósofo francés

Didi-Huberman, estudioso del flamenco hace 30 años, publica 'Le danseur des solitudes'

Margot Molina

Israel Galván, sevillano de 33 años, ha revolucionado la escena del baile flamenco hasta tal punto que uno de sus trabajos, Arena -que pudo verse el la anterior Bienal de Flamenco- es el centro de Le danseur des solitudes, un tratado que acaba de publicar en París el filósofo e historiador del Arte George Didi-Huberman. "Ser contemporáneo no significa adoptar cierta estética, sino crear un lenguaje que pueda criticar lo que ocurre actualmente", apunta el filósofo en Sevilla. Tabula rasa, otro montaje de Galván, podrá verse hoy.

"Ser un creador contemporáneo actualmente es algo terrible. No basta con utilizar un lenguaje estético acorde con nuestros días, como por ejemplo ponerse a bailar flamenco con jeans. Israel Galván y Pedro G. Romero son dos creadores contemporáneos porque saben ser críticos con la realidad. Ellos han conseguido con su trabajo en equipo dar al baile una dimensión crítica", explica George Didi-Huberman (Saint-Etienne, 1953), autor de una treintena de obras y catedrático de Filosofía e Historia del Arte en la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales, de la Universidad de la Soborne (París).

Le danseur des solitudes, que salió en marzo de este años publicado por la prestigiosa editorial Les Éditions de Minuit, es la primera obra en la que el filósofo trata directamente el tema del flamenco, aunque es conocedor y aficionado desde hace casi tres décadas y en todos sus estudios aborda "cómo las formas estéticas se transmiten inconscientemente".

Didi-Huberman, quien participó en un ciclo de conferencias organizado por el Instituto Francés en la pasada edición de la Bienal, explicó entonces "cómo la estética del flamenco influyó en las vanguardias de principios del siglo XX, especialmente en las obra del surrealista Man Ray". El autor ha querido jugar con el título de la obra, que aún no se ha traducido al español, que significa: El bailaor de las soledades o El bailaor por soleares.

La presencia del tándem formado por el bailaor y coreógrafo Israel Galván y el artista plástico Pedro G. Romero, quien dirige casi todos sus espectáculos, continúa hoy en el Bienal con Tabula rasa, una obra que se estrenó en febrero de este año y que podrá verse esta noche en el teatro Central de Sevilla. En esta pieza, en el que el artista pretende hacer "borrón y cuenta nueva", Galván baila sin música durante 40 minutos. En la arriesgada producción le acompañan el pianista Diego Amador El Churri y la cantaora Inés Bacán.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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