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CINCO AÑOS DEL 11-S

Parálisis de la 'zona cero'

LA PRIMERA PIEDRA para la construcción de la Torre de la Libertad, el rascacielos que algún día sustituirá a las Torres Gemelas, se colocó en la zona cero el 4 de julio de 2004. Un año después, la piedra fue retirada por motivos técnicos. No se trata de una ironía. Lo ocurrido con la Torre de la Libertad, que este verano por fin consiguió que se fijaran sus cimientos, refleja perfectamente el estado de confusión y caos que ha reinado en la zona cero de Nueva York desde que el 11-S convirtiera los 64.000 metros cuadrados que ocupaba el World Trade Center en el solar de la discordia.

En Manhattan resulta prácticamente imposible que un terreno vacío permanezca virgen mucho tiempo. La velocidad de la construcción es desconcertante. Precisamente por eso resulta aún más significativo que en la zona cero, cinco años después de los atentados, sólo se haya elevado un edificio de los siete proyectados, el 7 World Trade Center. Esta semana se hacían públicos los proyectos de tres grandes arquitectos: Norman Foster, Richard Rogers y Fumihiko Maki, pero nadie sabe de dónde va a sacar el Ayuntamiento los fondos para construirlos, puesto que de los 11.000 millones de dólares que supuestamente costará el proyecto total del área, concebido por Daniel Libeskind, de momento sólo están disponibles los 3.500 que Larry Silverstein ha conseguido como indemnización de las aseguradoras por ser el arrendatario de los terrenos. Frank Gehry tiene asignado un centro cultural, pero el edificio sólo existe en los papeles. El memorial de Michael Arad y Peter Walker arrancó en julio tras haber reducido su presupuesto de 500 millones de dólares a la mitad y tras haber superado la oposición de los familiares de las víctimas. Sólo el intercambiador de transportes del español Santiago Calatrava ha conseguido despegar, quizá porque es el único proyecto con una necesidad vital para la ciudad y está al margen de los intereses económicos y emocionales que han convertido la zona en un campo de batalla del que nadie parece salir victorioso.

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