Alonso rompe, es sancionado y saldrá décimo

Cuando alguien aterriza en el circuito de Monza descubre de inmediato que es el reino de Ferrari. Todo está pintado de rojo, hay por todas partes banderas con el cavallino rampante y cientos de aficionados invadiendo la ciudad con los distintivos de la escudería italiana. Es un circuito en el que Ferrari no quiere perder, y mucho menos todavía si lo que está en juego es nada menos que el que podría ser el último título mundial de su gran estrella, Michael Schumacher. Por tanto, en su feudo aplican la política del todo vale, y ayer lanzaron una inesperada estocada contra Fernando Alonso en un claro intento de desestabilizarle. Ferrari reclamó la atención de los comisarios para que estudiaran si el asturiano había perjudicado a Felipe Massa durante su vuelta rápida. La respuesta final fue que sí: le quitaron sus tres mejores tiempos de la tercera tanda de la cronometrada y le bajaron del quinto al décimo puesto en la parrilla de salida.

El español había sufrido un pinchazo durante la tercera tanda de la clasificación, del que salió bastante perjudicado porque no pudo consumir la gasolina necesaria para vaciar el depósito, sacar peso al coche y buscar su mejor tiempo, y porque apuró hasta el último segundo antes de cambiar neumáticos y salir a realizar su vuelta de pole. Curiosamente, cuando él salió de la línea de boxes, el coche de Felipe Massa comenzaba a vislumbrarse en el horizonte. Así que el brasileño de Ferrari estaba unos 200 metros por detrás de Alonso, que en aquel momento iniciaba la que debía ser su vuelta rápida.

Las cámaras de televisión siguieron casi toda la vuelta, y nadie vio nada especial. Sin embargo, justo al terminar la cronometrada, tres miembros del equipo Ferrari, entre ellos Massa, entraron en los despachos de los comisarios de la Federación Internacional del Automovilismo (FIA) y salieron de allí con una citación para Fernando Alonso. Luca Colajani, jefe de comunicación de Ferrari, afirmó que no habían presentado una reclamación contra Alonso, pero al menos presionaron lo suficiente como para que los comisarios actuaran de oficio. Al poco rato, Massa y el asturiano fueron llamados a declarar para establecer acusaciones y alegaciones sobre los incidentes.

Todo parecía un claro intento desestabilizador más que otra cosa; una forma más de poner bajo presión a Alonso, buscando tensión y posibles errores. Pero justo al salir de la reunión, Massa afirmó que las turbulencias del Renault de Alonso le habían estado perjudicando en el tercer sector y que había perdido allí alrededor de tres décimas y la posibilidad de hacer la pole. "Hay una norma que indica claramente que cuando un piloto está haciendo su vuelta rápida hay que dejarle pasar, y eso no ocurrió. En el último sector, yo iba a un segundo de Alonso [unos 90 metros] y las turbulencias del aire de su Renault me perjudicaron".

Lo que no explicó el brasileño es que Alonso salió del box cuando faltaban 1,30 segundos y que no podía perder tiempo si quería realizar su vuelta rápida: tenía que dar la vuelta de calentamiento y luego la cronometrada. Cuando inició la cronometrada, faltaban sólo dos segundos para cerrar la pista. Entró por pelos. Dejar pasar a Massa habría sido un suicidio, y exigirle eso a un piloto que se está jugando el título mundial no parece nada razonable.

Para Alonso, el día fue para olvidar. Mediada la cronometrada, dio la impresión de que Schumacher le hacía una mala pasada al frenar en la curva de final de la recta de salida obligándole a irse hacia la escapatoria de seguridad. Pero aquello fue ficticio. Alonso lo explicó así: "Sufrí un pinchazo en la recta y no podía frenar. Casi me llevo a Michael por delante. Creí que era un problema mecánico, pero luego vi que el neumático se destrozaba y me tranquilicé. Pero el coche sufrió daños en la aerodinámica trasera, y aquello me perjudicó".

Sin embargo, nada fue tan serio e importante como la sanción que luego se encontró por sorpresa. "Alonso perjudicó a Massa en su vuelta rápida, y eso es antirreglamentario, aunque no se haga de forma deliberada", señalaba el comunicado de los comisarios de la FIA. Saldrá décimo, muy por detrás de Kimi Raikkonen, que arrebató la pole position por dos milésimas a Michael Schumacher, de Nick Heidfeld y Felipe Massa, que coparán las dos primeras líneas. "Lo que ha ocurrido es típico de Ferrari", afirmó el español. "Tiene que intentarlo todo para ir a por nosotros". A falta de cuatro pruebas y con 12 puntos de ventaja de Alonso respecto a Schumi, el título mundial puede estarse jugando ya más en los despachos que en la pista. La indignación de Renault va cada día en aumento.