Turismo sostenible
Ecoturismo, turismo justo, turismo accesible, turismo solidario. Muchos viajeros cargados de buenas intenciones se sienten confusos ante la abundancia de términos empleados para referirse a una nueva forma de entender y gestionar el turismo. Por separado, designan el ocio basado en la observación y disfrute de la naturaleza desde una actitud respetuosa con el medio, la mejora de las condiciones sociales y económicas de las poblaciones locales, la eliminación de barreras arquitectónicas y sociales o los viajes de voluntariado. Todo con un objetivo común: minimizar los efectos negativos del turismo (como el daño que sufren monumentos y espacios naturales por el exceso de visitantes) y aprovechar al máximo sus beneficios, satisfacer las necesidades de los viajeros y contribuir a la riqueza y desarrollo de los destinos, pero sin comprometer su futuro: es lo que se llama hoy turismo sostenible.
El concepto se concretó en 2001 en el Código Ético Mundial de Turismo, una guía de buenas prácticas para viajeros, administraciones públicas, empresas, asociaciones profesionales y trabajadores del sector elaborada por la Organización Mundial de Turismo y Naciones Unidas. Algunos de los destinos turísticos más atractivos están en regiones con bajos niveles de renta. Un turismo justo y bien gestionado puede significar para los pobladores de esas regiones la creación de puestos de trabajo y mayor prosperidad. Para que sea viable, las comunidades deben participar en la gestión y obtener de ella un beneficio colectivo. Un país que se emplea a menudo como modelo de desarrollo sostenible es Costa Rica. Más del 25% de su territorio está protegido mediante reservas o parques naturales, otorga certificados de sostenibilidad a las empresas turísticas más cumplidoras y es pionero en la búsqueda de soluciones para rentabilizar su riqueza biológica.
Suena bien y vende bien. El turismo sostenible factura en España más de 110 millones de euros al año, según un documento elaborado para el Primer Encuentro Internacional sobre Turismo Justo, que se celebró en junio en Torremolinos (Málaga). Cada vez hay más personas interesadas en viajar con agencias que dedican parte de sus beneficios a invertir en proyectos de desarrollo local, y los más activos aprovechan incluso sus viajes para colaborar con ONG.
Las instituciones públicas y empresas turísticas también se implican cada vez más en el desarrollo sostenible del turismo, conscientes de que la buena gestión de los recursos medioambientales, la conservación del patrimonio y un reparto más equitativo de los ingresos son beneficiosos para la oferta, que gana puntos y se vuelve más competitiva. Pero a veces, como apunta Carles Tudurí, fundador de la ONG Turismo Justo (que presta asistencia técnica y formación a proyectos turísticos en países en vías de desarrollo), se confunden conciencia social y mero maquillaje corporativo. ¿Cómo evitar que nos den gato por liebre?
El directorio de Turismo Responsable (www.turismoresponsable.com) incluye una lista de agencias de viaje, asociaciones y ONG implicadas en proyectos de desarrollo sostenible. Exceltur, en colaboración con la Fundación Empresa y Sociedad, ha editado un estudio que recopila más de 350 iniciativas de acción social y medioambiental realizadas por empresas turísticas, asociaciones de turoperadores e instituciones vinculadas al sector. En el informe, que se puede descargar en formato pdf de la web www.exceltur.es, aparecen cadenas hoteleras como Iberostar, NH y Sol Meliá, grupos turísticos y mayoristas como Globalia, Marsans y Viva Tous, y empresas de transporte de pasajeros como Iberia o Renfe. Otra referencia a tener en cuenta es la Certificación de Responsabilidad Social SA 8000 concedido por SAI, (Social Accountability International), una organización independiente y sin ánimo de lucro.
- www.world-tourism.org.
- www.exceltur.org.
- www.turismojusto.org.
- www.turwww.turismoresponsable.net.
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