Gasolina

- 2005. En Nueva Orleans nace un nuevo tipo de fenómeno climático: el huracán para negros. Francia, Holanda -donde gana el no- y España -donde gana el monosílabo de siempre- votan el referéndum sobre la Consti Europea. Michael Jackson sale absuelto de un juicio. Pero miras la foto y más que un reo absuelto, parece un ninot indultat. Muere Juanpablo0.2, pero aparece el programa Benedigto0.13. El IRA se jubila. Atentado de Al-Qaeda en Londres. El Congreso autoriza al Gobi a hablar con la Cosa si se la encuentra por la calle. El Congreso aprueba la Ley Anti-tabaco. El Parlament aprueba su texto de nuevo Estatut. Paradójicamente, de las dos leyes anteriores, sólo se monta pollo con la que no ataca ningún derecho individual. La canción de verano no es otra que Gasolina, del egregio cantautor Daddy Yankee.

- LA POESÍA DEL CARBURANTE. Daddy Yankee también es conocido como El Cangri. En los controles de tráfico, no obstante, atiende por Raymond Ayala. Tantos nombres para el mismo bicho, y en tantas lenguas, indican que Daddy Yankee sólo puede ser puertorriqueño. Es más, en Puerto Rico es el rey y el gran renovador del reguetón -género, como el pasodoble o la postura del misionero, que no ha sufrido renovación perceptible en 8.000 años-. Gasolina explica que a una señorita le gusta la gasolina, que le des más gasolina, que la satures de gasolina, etc. Todo apuntaba a que la gasolina aludida era una metáfora, con cuyo uso Daddy abandonaba su literalismo radical y se introducía de dos patas en el mundo de la poesía. No obstante, un día le escuché decir que la metáfora de la gasolina no era tal, que el concepto gasolina aludido era literal, y que hizo la canción pensando en una chica a la que le gustaba (¿) el carburante. La canción, escuchada desde esa óptica, no trata pues de una señorita que quiere matraca. Puede tratar incluso, de Laura Bush, pidiéndole a su marido que invada un poco más Irak.

- POESÍA ESPAÑOLA. En España sucede un poco lo que en el coco de Daddy Yankee. En algunos medios vinculados al anterior gobierno se abandona cualquier tipo de poesía y se va directamente al turrón. Sucede, por primera vez en veintipico años, una perturbación en la Cultura de la Transi, que pierde su unidad. El progresismo conserva intacta la lectura poética de la Transi elaborada estos últimos años: la ruptura pactada y, a la vez, épica respecto a una dictadura, la-responsabilidad-del-pueblo-espaetc, la superación de todos los problemas anteriores y todo eso. Los medios conservadores ofrecen un sistema de ecuaciones menos poético. La Transición sigue siendo el summum de democracia posible. Si bien lo que había antes ya no es una dictadura, sino una asentamiento de bases para acceder al SEAT 600 y a la democracia. La Guerra Civil ya no es un enfrentamiento entre una República y un ejército fascista, es una guerra defensiva de los valores liberales, iniciada en 1934, cuando el marxismo se levanta en Asturias y el separatismo en Barcelona. Y no quedó otro remedio, snif, que recurrir a la gasolina.

- NO SÉ USTED. Tengo 40 años. Veo cómo el ultra-nacionalismo -gasolinero, sin grandes metáforas-, se implanta como opción política. Desde el Parlament se emite un texto extraño, lejos de la cultura de la Transi. Se parece a la Consti de la RFA. Recuerda la existencia de fascismo por aquí abajo, se presenta la actual democracia no como una seta, sino como continuadora de una República anterior. Se establece una visión federal y plurinacional del Estado, que puede desactivar dos nacionalismos. Interpreto el texto como asumible desde un no-nacionalismo que, al parecer, glups, no ha llegado a nacer en los últimos 30 años en España. Me sorprende relativamente, así, que en el resto del Estado no haya complicidad con el texto en alguno de sus tramos. A estas alturas, el gran tema político, la gasolina que enciende las cosas, es el debate territorial. Todo es nacionalismo. La única política posible es, aparentemente a través del nacionalismo. Por aquí gusta la gasolina.