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EXCURSIÓN | Úbeda y Baeza

Un baño de Renacimiento

Ginés Donaire

Cualquier época del año es buena para escaparse a Úbeda y Baeza, las dos ciudades jiennenses que mejor sintetizan el Renacimiento humanista español y que, el 3 de julio de 2003, fueron declaradas por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Las dos localidades, separadas sólo por ocho kilómetros, caminan de modo paralelo, sin que puedan ser entendidas de modo separado.

Una visita a Úbeda no debe eludir una parada en la majestuosa plaza Vázquez de Molina. En ella está el palacio de las Cadenas, sede del Ayuntamiento o las iglesias del Salvador y la de Santa María de los Reales Alcázares, ésta última aún en proceso de restauración. El casco antiguo de Úbeda está repleto de bellas plazoletas, iglesias y casas palaciegas, pero otra buena opción es recrear la vista en el paseo de la Redonda de Miradores o el mirador de San Lorenzo, donde puede apreciarse el mar de olivos del valle del Guadalquivir, además de las sierras de Mágina, Cazorla e incluso Sierra Nevada.

En Baeza el viajero también puede deleitarse en el paseo Antonio Machado o el mirador del Cerro del Alcázar, antes de adentrarse en sus calles estrechas y visitar enclaves sorprendentes como la plaza del Pópulo o de Los Leones, el Palacio de Jabalquinto (sede de la UNIA), la plaza de Santa María o su Catedral, de origen renacentista y con un claustro gótico y un museo catedralicio.

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