Léopold Simoneau, tenor
Estaba especializado en obras de Mozart
Léopold Simoneau, tenor canadiense especializado en la interpretación de obras de Mozart, falleció a consecuencia de complicaciones de la diabetes el 24 de agosto a los 90 años en su casa de Victoria, en la Columbia Británica, Canadá, donde había vivido desde los años ochenta con su esposa, la soprano Pierrette Alarie.
"Sin duda alguna fue uno de los cantantes más consumados que hemos presentado", ha afirmado Timothy Vernon, director artístico de la Pacific Opera Victoria. "Se esforzaba todo lo que daba de sí para dominar la técnica a la perfección y expresar todo lo que sentía".
Simoneau, que nació el 3 de mayo de 1916 en Saint-Flavien, cerca de la ciudad de Quebec, inició sus estudios de música en 1939, en Quebec primero, y después con el profesor de canto Salvator Issaurel en Montreal. En sus clases conoció a su futura esposa, que ya era una cantante destacada. Se casaron en 1946 y Pierrette Alarie se convirtió también en su compañera principal en los escenarios y en los discos.
Con su voz suave y una excelente dicción, le llegó la fama a principios de los años cuarenta, cantando con Les Varietés Lyriques e interpretando obras tan conocidas como Mireille, El barbero de Sevilla o La Traviata. En 1943, el cantante y su esposa realizaron su debú conjunto sobre un escenario en una producción de Las bodas de Fígaro presentada en Montreal y dirigida por Sir Thomas Beechman.
Su carrera adquirió dimensiones internacionales en 1949, cuando empezó a actuar en París, donde llevaba viviendo varios años. Su reputación como especialista en Mozart se forjó en el Festival de Aix-en-Provence, junto a Luigi Alva y un joven Nikolaï Gedda; por la misma época debutó en el Festival de Glyndebourne y en el teatro de la Scala de Milán bajo la batuta de Herbert von Karajan.
En 1952, apareció en una producción histórica de Edipo rey, de Stravinsky, con dirección del propio compositor y narración de Jean Cocteau. Cantó con frecuencia también en los festivales de Montreal y de Vancouver, donde en 1958 representó junto a la soprano Joan Sutherland
Simoneau siguió cantando con muchas de las orquestas más importantes del mundo, incluida la Metropolitan Opera de Nueva York -donde debutó en 1963 en el papel de don Ottavio del Don Giovanni, de Mozart-, la Filarmónica de Nueva York, la American Opera Society y la Lyric Opera de Chicago.
En los años cincuenta, Simoneau y Pierrette Alarie realizaron varias actuaciones como parte del Bel Canto Trio, que incluía al barítono Theodor Uppman. En 1962, Simoneau dio un recital junto al pianista canadiense Glenn Gould.
En el año 1964 dejó de representar óperas pero siguió actuando en conciertos. En 1970, él y su esposa hicieron sus últimas apariciones públicas interpretando El Mesías, de Handel, con la Montreal Symphony.
Fue subdirector del Departamento Musical del Ministerio de Cultura de Quebec durante dos años y se encargó de la fundación de la Quebec Opera en 1971.
Tras abandonar totalmente los escenarios se consagró a la docencia. Había empezado a enseñar en el conservatorio de Quebec ya en 1963. Después de trasladarse con su familia en 1972 a San Francisco, dio clases de canto en el conservatorio de la ciudad, mientras su esposa organizaba óperas para varias compañías pequeñas del norte de California. En 1982 volvieron a Canadá, a Victoria, donde fundaron la Canada Opera Piccola, un programa de formación avanzada para jóvenes cantantes.
Escribió numerosos artículos sobre ópera, así como el libro L'Art du bel canto. La musicóloga canadiense Renée Maheu dedicó un ensayo a la pareja, Pierrette Alarie, Léopold Simoneau, deux voix, un art.
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