"Debemos dar una vuelta de tuerca a nuestro juego para crecer"
Del cuello de Samuel Eto'o (N'kon, Camerún; 1981) cuelga una fina cadena de oro y de ella penden dos adornos: un balón y una bota elaborados en oro blanco y brillantes. Rebotan sobre su piel negra cuando hace un movimiento brusco, ya sea al reír o al beber del refresco de naranja que consume. Ayer, el pichichi de la última Liga (26 goles) viajó a Vigo, donde hoy empieza la Liga para el Barcelona, el campeón.
Pregunta: ¿Es casualidad que suyos hayan sido los goles que han decidido los títulos de las dos últimas Ligas?
Respuesta. ¡No lo sé! Supongo que sí. Dicen que no hay dos sin tres, ¿no? Ojalá siga la racha.
P. ¿Cuál es su reto?
R. Luchar por todos los títulos hasta el último día. Después de perder en Mónaco, tenemos una Copa menos, pero nos queda mucho por lo que pelear.
"Somos más humildes de lo que muchos creen. Sabemos que no podemos vivir del pasado. Perdimos en Mónaco. Sólo nos queda aprender la lección"
"Jugaré el último año de mi carrera en el Mallorca. Eso es sagrado. A ser posible, de Barcelona me iré allí. Allí quiero meter el último gol en España"
P. ¿Qué ocurrió en Mónaco?
R. Se dieron dos circunstancias: nosotros jugamos muy mal y ellos muy bien. No dimos la talla y el Sevilla fue mucho mejor. Se pasó el verano preparando la final y nosotros estábamos jugando contra el Bayern tres días antes. Era su partido.
P. Ustedes, en cambio, se pasaron la tarde anterior recogiendo premios.
R. No, yo no creo que eso tuviera tanta influencia como se ha dicho. Somos más humildes de lo que muchos se creen. Sabemos que no podemos vivir de los títulos del año pasado porque éste va a ser mucho más dificil. Ahora somos el enemigo a batir. Perdimos en Mónaco y ya no hay vuelta atrás. Sólo nos queda aprender la lección y mirar hacia adelante. Sabemos que los contrarios nos miran con lupa y debemos superarnos desde la humildad. Si no luchamos y respetamos al rival, no haremos nada. Precisamente, el otro día hablaba con un compañero...
P. ¿Y de qué hablaban?
R. De que Ronaldinho y yo nos entendemos con una mirada. Eso es bueno. Sabemos cuándo y cómo cambiar las posiciones. Nadie nos lo tiene que decir. Es verdad, viene por sí solo. Intuímos qué hará el otro. Yo sé cuándo va a intentar el regate o cuándo dará el pase y él sabe si la quiero en corto, en largo... Me lo paso francamente bien jugando en este equipo. Cada vez disfruto más. Pero debemos dar una vuelta de tuerca al juego para crecer y ser mejores. Los rivales tambien nos conocen de memoria. Hay que sorprenderles, para ser mejores.
P. ¿Qué retos individuales se ha marcado?
R. Trabajar más que el año pasado. Es lo único que está en mi mano. Si conseguimos premios a nivel individual fue porque arrasamos como equipo. Sé que tengo la posibilidad de conseguir el cuarto Balón de Oro africano, pero si lo consigo será por lo que haga el Barça.
P. ¿Se ha propuesto superar los 26 goles del año pasado?
R. Si trabajo más, meteré más goles. Los goles dependen de mis compañeros. El trabajo, no.
P. Reconocerá que 50 goles en dos años no están al alcance de cualquiera.
R. Serán espectaculares, sí, pero no me puedo parar a mirar ni quiero. Si Dios quiere, cuando vuelva al Mallorca podré colgarme medallas.
P. ¿Al Mallorca?
R. Jugaré el último año de mi carrera en el Mallorca. Eso es sagrado. A ser posible, de Barcelona me iré allí. Allí quiero meter el último gol en España.
P. He leído en el periódico Sport que le llena tanto robar una pelota como meter un gol. ¿He leído bien?
R. Sí. Mi compromiso con los compañeros es el trabajo. Si yo presiono, ayudo a los defensas y eso me llena. Por eso corro 40 kilómetros por partido. Mis compañeros prefieren que te peges una carrera, que les ayudes. Es bonito ser solidario en el campo. En el Barça todos metemos goles, pero hay que sufrir, trabajar y que la camiseta esté empapada al final del partido. Así ganamos la Champions. Ése es mi orgullo. Los rivales estan más fuertes y van a por nosotros. Más que nunca, debemos saber que con el mejor jugador del mundo, con el pichichi, con el mejor portero y el mejor defensa, no ganaremos los partidos si no sufrimos. Tendremos recompensa si peleamos más que el Celta, que el Betis, que el Getafe... Como decia Luis Aragonés, hasta el más tonto hace ya relojes. Hay que ser honesto.
P. ¿Lo fue largándose del Camp Nou sin recoger el torneo de la Supecopa española?
R. Miro a mis compañeros a la cara y digo siempre lo que pienso. Si mi verdad es la verdad, no lo sé, pero yo la hago saber. Valer no, la hago saber. Si estoy equivocado, lo acepto y pido disculpas. El único que no se equivoca es Dios. Compartí con mis compañeros lo que pensaba y hablamos, pero la ley del vestuario dice que eso se queda dentro, es sagrado. Está solucionado.
P. ¿Y si su actitud molestó a un socio?
R. No creo que si quieres luchar y ayudar al equipo puedas molestar a un socio de tu equipo. Yo no pudo molestarme si mi compañero quiere trabajar. Quien quiera malinterpretar malinterpreta. Si puedo dar un brazo por mi equipo, lo daré; es mi manera de ser y no voy a cambiar. Espero que la gente valore eso, mi compromiso antes que mis goles. Pero comprendo que se fie de lo que otros dicen de mi, y no se lo puedo reprochar. La gente puede pensar que soy un presumido, que despilfarro por comprar relojes caros. Es libre de pensar, pero yo le agradezco que venga a verme jugar.
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