La familia real saudí reanima la economía de Marbella
El príncipe Salman Bin Abulaziz, hermano del rey Fahd de Arabia Saudí, fallecido el pasado verano, y su viuda, Jawhara al-Ibrahim, han vuelto al palacio familiar en Marbella: El Rocío. Con ellos ha regresado un séquito de 300 personas y las anécdotas de la opulencia.
Una de las 14 princesas que residen en la mansión adquirió el pasado lunes un colgante de diamantes y unos pendientes valorados en un millón de euros. Gastos similares se producen en alquileres de vehículos de lujo, hoteles y restaurantes. Sólo para frutas y verduras utilizan a diario 3.000 euros.
Las colas a las puertas del palacio, que reproduce elementos de la Casa Blanca de Washington, se han repetido. Camareros, conductores, niñeras y limpiadoras aguardan pacientemente a ser contratados para ganar un salario que puede rondar los 3.500 euros, además de las muy generosas propinas.
El Centro de Iniciativas Turísticas de Marbella estima que el gasto de esta visita podría alcanzar los 15 millones de euros, aunque en 1999 el desembolso fue de unos 90 millones en dos meses.
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