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Crónica:Mundial de baloncesto 2006
Crónica
Texto informativo con interpretación

España funde a Nowitzki

El equipo de Pepu Hernández, con una magistral dirección de Calderón, también hace trizas a Alemania

Robert Álvarez

Ante un rival por fin competitivo, España sacó aún más brillo y enjundia al magnífico juego que viene desplegando. Nowitzki ha situado a Alemania entre las mejores selecciones. Logró la medalla de plata en el último Campeonato de Europa y fue cuarta en la anterior Copa del Mundo. En ambas ocasiones dejó en la estacada a España. Esta vez, un síntoma más de la mejoría experimentada, el cuadro español se quitó de en medio al germano de forma contundente, superándole en todas las facetas. Nowitzki, la figura de la NBA, acabó desquiciado de tan pocos balones como le permitió tocar la sensacional defensa que dispuso Pepu Hernández. España mantuvo la delantera durante todo el encuentro, resolvió en un abrir y cerrar de ojos el único momento difícil (50-51), llegó a disponer de 23 puntos de ventaja (67-90) y se permitió jugar dosificándose, sin bajar la intensidad pero sin apuro alguno, desde varios minutos antes de que se llegara al último cuarto para firmar un marcador elocuente: 71-92.

ALEMANIA 71 - ESPAÑA 92

Alemania: Hamann (4), Greene (14), Okulaja (4), Nowtizki (14), Femerling (9) -cinco inicial-, Schultze (2), Garrett (7), Demirel (0), Jagla (0), Herber (10), Roller (7) y Grunheid (0).

España: Calderón (20), Navarro (19), Jiménez (4), Garbajosa (12), Pau Gasol (16) -cinco inicial-, Mumbrú (7), Sergio Rodríguez (2), Cabezas (0), Marc Gasol (3), Fernández (7) y Berni Rodríguez (2).

Arbitros: Voreadis (Grecia), Viator (Grecia) y Belosevic (Serbia). Sin eliminados.

6.000 espectadores en el pabellón Green Arena, de Hiroshima.

1º CUARTO - 22-26

2º CUARTO - 19-22

3º CUARTO - 19-24

4º CUARTO - 11-20

Pocos conjuntos disponen de tantos recursos y jugadores para tirar del carro

Cada día se consolida la impresión de que pocos equipos pueden estar a la altura del juego de España. También, la variedad de recursos que es capaz de poner en práctica y la cantidad de jugadores que pueden tirar del carro. Es justamente lo contrario de lo que le sucede a Alemania, que ha basado sus éxitos en el acertado dispositivo montado en torno a Nowitzki, del que depende por completo.

El surtido de facetas de España hace difícil establecer una jerarquía: la capacidad resolutiva de Navarro, que se mostró tan rápido, listo y certero como es habitual a pesar de que fue dudoso hasta el último momento por una lesión en un pie; la acertadísima defensa, con constantes cambios de individual a zonas de varios tipos, incluida una presión en toda la pista, y el marcaje de Garbajosa a Nowitzki, las providenciales intervenciones de Pau Gasol, la superioridad en los rebotes (26 a 22), los robos de balón (10 a 6) y las pérdidas de posesión (13 a 18), en el tiro (61% a 34% en triples) y en las faltas forzadas (34 tiros libres por 19).

Pero si a alguien perteneció el partido fue a Calderón. El base de los Raptors de Toronto lo manejó a su antojo. De entrada, desmoralizó a Hamann con un festival de entradas a canasta. Puso en evidencia la primera vía de agua de la defensa alemana. Cuando trataron de negarle el tiro, se dedicó a abrir el balón de dentro a fuera y a repartir hasta seis asistencias. El manejo de Calderon y la velocidad de sus compañeros permitieron a España explotar a fondo la posibilidad de cabalgar a base de triples. Los culebreos y los uno contra dos y hasta tres de Navarro también causaron estragos.

En el otro lado de la cancha sucedió lo contrario. La dinámica y cambiante defensa española provocó que los alemanes asumieran como un vía crucis muchas de sus posesiones. Les costó hacer circular la bola desde el arranque de cada jugada. Nowitzki quedó atrapado en una tela de araña por la defensa de ayudas que practicó el cuadro español. Y resultó definitivo que sólo pudiera lanzar nueve veces, lo que, junto a tres tiros libres, le dejó en 14 puntos, una cifra paupérrima e insuficiente si Alemania quería tener alguna posibilidad de ganar.

Uno de los pocos contratiempos con los que se encontró España fue la mochila que supusieron las dos faltas consecutivas señaladas a Pau y que obligaron a Pepu a preservarlo en bastantes fases y a limitar su participación a poco más de 20 minutos. El técnico utilizó de nuevo a Mumbrú y Jiménez en la posición de cuatro, en la que España anda algo coja debido a la baja de Felipe Reyes y pese a la buena aportación de Marc Gasol. Otro momento difícil fue el inicio del tercer cuarto, cuando Hamann, Green y Okulaja enlazaron tres triples que situaron a su equipo a un punto. Pero no cundieron los nervios en el español.

Los alemanes también sufrieron problemas de faltas. Green, uno de los pocos efectivos en el tiro, perdió fuelle en la segunda parte y Nowitzki terminó tan desesperado que repartió algún palo más de la cuenta, tuvo un pique con Mumbrú y se fue al banquillo tres minutos antes del final en una declaración de rendición de su equipo, que decidió preservar a su estrella. No fue su día. Lo impidió una España que consiguió dar brillo a más de una estrella. Eso sí, empezando por Calderón.

Calderón desborda a Nowitzki.
Calderón desborda a Nowitzki.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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