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Crónica:Mundial de baloncesto 2006
Crónica
Texto informativo con interpretación

Grecia aburre, pero gana

Los actuales campeones europeos siguen en sus trece. Palabras como espectáculo, juego vistoso o concesiones a la galería no entran en su diccionario. Su baloncesto es otro. Aburrido como una procesión de ovejas, pero efectivo en los resultados. En esta tesitura, cualquiera les dice algo. Es más, han conseguido labrarse una fama de equipo sumamente incómodo al que nadie que conozca bien cómo se las gasta se quiere enfrentar. No es de extrañar, pues entre sus muchas virtudes hay una especialmente exasperante. Sea cual sea el rival, consiguen que se juegue como ellos quieren. O sea, al trantrán, a 60 o 70 puntos con gran esfuerzo, mucha lucha y poco ritmo. Si ayer llegaron a 80 fue por la prorroga, en la que el mando de Papalukas y los errores, algunos impropios, de los jugadores lituanos les volvieron a colocar en la senda de la victoria.

LITUANIA 76 - GRECIA 81

Lituania: Darius (18), Linas (14), Simas (13), Arvydas (10), Darjus (6) -cinco inicial-, Mantas (5), Giedrius (4), Paulius (4), Ksystof (2), Robertas (-), Tomas (-) y Mindaugas (-).

Grecia: Spanulis (15), Fotsis (11), Kakiuzis (10), Papalukas (8), Papadopulos (8) -cinco inicial-, Chatzivrettas (7), Ntikudis (6), Schortsanitis (5), Zisis (4), Tsartsaris (4), Diamantidis (3) y Vassilipulos (0).

4º CUARTO 11-12

3º CUARTO 14-20

2º CUARTO 26-15

1º CUARTO 18-22

PRORROGA 7-12

Llegaba Lituania herida por su derrota ante Turquía. La producción de jugadores de esta pequeña república es asombrosa. Pero, siendo una selección poderosa la que han plantado en Japón, les falta un jugador que, además de sus cualidades técnicas, les dotaba de sangre, ambición y capacidad resolutiva. Sin Jasikevicius, su proceder es mucho más robótico y, admitiendo sus capacidades, naufragan en cuestiones emocionales. Tuvieron en sus manos la resolución en el tiempo normal, pero en ambas ocasiones erraron, tirando por tierra un buen trabajo durante gran parte un partido que dominaban en el descanso (44-37).

Con más fallos que aciertos se llegó a la prorroga, territorio de gente competente. El que más, Papalukas. No hay medida para valorar la importancia de este jugador en un equipo que, sin justificar el precio de una entrada, ha encontrado la senda del éxito. Manda, dirige, moviliza a sus compañeros y, si te descuidas, te roba la cartera. Estuvo en casi todas, aunque ni por ésas logró cerrar el asunto. Es más, Macijauskas, que por momentos se pareció en algo a su versión Tau, tuvo a veinte segundos del final de la prorroga un triple ganador que se fue al limbo.

Y así se fueron los griegos al vestuario tan felices con su segunda victoria en un grupo en el que todavía les esperan Turquía, Brasil y Australia. Mucha tela. Pero, se llamen como se llamen y tengan el estilo que tengan, ya saben lo que les espera. Un partido que pondrá a prueba sus nervios y su paciencia. Con el pitido final también se marcharon a su casa los pocos espectadores que asistieron en directo al encuentro. Tan poca asistencia sugiere una pregunta malintencionada ¿Alguien les había advertido de cómo se las gastan los chicos del mítico Pannaiotis Yannakis?

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