Anuncios guerrilla
Los anunciantes quieren más. Y se han lanzado a las calles de las grandes ciudades y han abandonado las enormes vallas publicitarias y los neones para llegar al público de una manera más original y cercana. Lego toma las grúas de Santiago de Chile, haciendo colgar de ellas enormes piezas de su mítico juego. Stringfellow, el rey de los bares de strip-tease, llena las farolas de París de carteles con chicas ligeras de ropa. Y Absolut reproduce con mobiliario real un ático neoyorquino sobre la fachada de su nueva casa en esa ciudad.
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