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Crónica:Baloncesto | Preparación del Mundial
Crónica
Texto informativo con interpretación

Tampoco fue Serbia

España derrota a la campeona del mundo con un juego exuberante y veloz, y continúa invicta su camino hacia Japón

Tampoco fue Serbia. Y eso que venía de dar una paliza nada más y nada menos que a Argentina. Pero como le ocurrió a Eslovenia o a cualquier rival anterior, fue cruzarse con España y terminar hecho unos zorros, abatida e impotente para aguantar la arrolladora marcha que con la que circula el equipo español. Es tal la superioridad que muestra partido a partido que empieza a dar miedo el pensar que el día tonto, que por estadística debería llegar, coincida con un partido decisivo en Japón. Pero ni siquiera esto preocupa en un colectivo exultante de confianza en sus posibilidades. Le preguntaban a Calderón al terminar el partido si dada la euforia creciente no vendría bien una derrota para aplacar los ánimos. El extraordinario base fue rotundo: "No me gusta perder a nada. Además, no veo ningún beneficio en perder un partido". Significativa respuesta que muestra el sentir de un equipo que ha hecho de las victorias incuestionables su habitat natural.

ESPAÑA 80 - SERBIA 65

España: Calderón (8), Navarro (14), Jiménez (6), Garbajosa (6) y P. Gasol (10) -cinco inicial-; Rudy Fernández (12), Cabezas, F. Reyes (12), S. Rodríguez (4), B. Rodríguez (2), Mumbrú y M. Gasol (6).

Serbia y Montenegro: Popovic (13), Rakocevic (10), Jorovic (4), Milicic (13) y Avdalovic -cinco inicial-; Marinovic (4), Perovic (7), Nikolic, Raicevic (4) y Askrabic (10).

Árbitros: Facchini (Ita.), Zavlanos (Gre.) y Pukl (Eslq.). Señalaron técnica a Milicic (m.12) y al técnico Sakota (m.13), por protestar.

5.000 espectadores en el Singapore Stadium.

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Nos encontramos ante un equipo exuberante, maduro, seguro de sí mismo sin dejar de ser autocrítico. "Podemos jugar mejor" había dicho Gasol después de pasar por encima de Eslovenia. A favor de ambiente o en un lugar tan extraño como Singapur. Contra selecciones consolidadas o en formación, con buenas o regulares actuaciones de sus jugadores bandera. Da lo mismo. Ayer, Pau no tuvo un buen día. De hecho, todavía no se ha visto ni siquiera una versión al 50% de su potencial. Sufrió en defensa frente a Milicic y en ataque estuvo desacertado. Pero a pesar de su merecido estatus de superestrella, su regular rendimiento no tuvo ninguna influencia en el desarrollo de los acontecimientos. Mejor noticia, imposible. España sigue ganando y el convencimiento de todos de que cuando llegue el momento Gasol será determinante, como siempre, es total.

Serbia, una vez recuperados para la causa Rakocevic y Avdalovic, se plantó en el partido con decisión, todo lo contrario que España, a la que le costó unos cuantos minutos entrar en calor (10-14). Un par de empujones y la osadía serbia de presionar en toda la cancha como medida disuasoria despertó de golpe al equipo español, que quiso poner en su sitio las cosas cuanto antes. En cuanto pudo correr, hizo añicos a sus rivales con un parcial de 15-0. Si bien se maneja bien a cualquier ritmo, cuando el partido coge velocidad España resulta demoledora. A todo trapo es cuando Calderón, Navarro, Rudy, Sergio Rodríguez, Berni e incluso Gasol sacan lo mejor de sí mismos. No es de extrañar el constante requerimiento de Pepu Hernández en que sus hombres aprieten las clavijas en defensa. Sabe perfectamente que esto les llevará hacia veloces transiciones a los que todavía no han encontrado antídoto ningún equipo. Si es que existe.

Los serbios salieron vivos del primer chaparrón. Durante unos minutos apretaron los dientes defensivamente y aprovecharon su colección de gigantes (49-47). No son los primeros que lo logran. Pero al segundo toque de caballería, esta vez con Rudy aprovechando muy bien sus minutos, no le quedó más remedio que rendirse a la evidencia. Y esta dice que España cuenta con tanto talento, recursos y gente útil, que resulta un martillo pilón de esos que dan y no paran hasta que el rival levanta la bandera blanca. Esta vez ocurrió al principio del último cuarto (70-51). El resto resultó intrascendente.

Ya solo queda uno, Argentina, que venció a Eslovenia (94-72) y le tiene ganas al equipo español. No es de extrañar. Tanta superioridad puede llegar a ser irritante.

Perovic intenta anotar entre Jiménez y Gasol.
Perovic intenta anotar entre Jiménez y Gasol.AP

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