La España de Gasol no encuentra rival
Los partidos se suceden y el resultado es siempre el mismo. A España le está costando encontrar un rival a su altura y ya solo le quedan dos encuentros antes del comienzo del Mundial. Resuelve sus compromisos con tanta solvencia y con un punto de rutina que hasta el propio equipo da la sensación de pedir alguien de enjundia. Eslovenia pareció capaz durante veinte minutos (56-57 en el descanso) pero se tornó en espejismo pues no pudo aguantar el incremento de revoluciones al que le sometió el equipo español en el segundo tiempo. Y los eslovenos no son un equipo vulgar. Conocen bien el juego, no les faltan tiradores, cuentan con un par de pivots larguísimos y mueven la pelota con velocidad. No tienen el encanto o la historia de vecinas como Croacia o Serbia, pero son peligrosos. Mientras el partido fue una disputa puramente ofensiva, Lakovic, Udrich o Becirovic hicieron pensar que por fin España había encontrado el adversario que le hiciese sudar. Pero no fue así.
ESPAÑA 96 - ESLOVENIA 85
España: Calderón (13), Navarro (15), Jiménez (6), Gasol (16) y Garbajosa (17); -cinco inicial-, Rudy Fernández (6), Mumbrú (2), Sergio Rodríguez (8), Cabezas (2), Berni Rodríguez (2), Felipe Reyes (7) y Marc Gasol (2).
Eslovenia: Lakovic (16), Becirovic (17), Jurak (4), Milic (6) y Nesterovic (10) -cinco inicial- Brezec (8), Dragic (2), Nachbar (2), Ozbolt, Slokar (6), Udrih (12) y Zagorac (2).
Árbitros: Chiti (Arg.), Jovic (Ser.) y Wei Bing (Chin.). Eliminaron por faltas a Brezec.
Singapur Stadium Indoor.
1º CUARTO: 25-30
2º CUARTO: 31-27
3º CUARTO: 21-13
4º CUARTO: 19-15
El equipo español ha llegado a tal punto de madurez, eficacia, saber estar y confianza, que resulta casi inaccesible para gran parte de las selecciones. La razón es que este estado obliga a los rivales a poseer una gran dosis de talento, jugar bien y hacerlo durante todo el partido. Eslovenia lo intentó pero no pudo seguir el ritmo que se le impuso después del descanso y fue perdiendo pie durante el tercer cuarto (77-70). Maduros por una mayor presión defensiva, e incapaces de cortar el imprevisible quehacer de Sergio Rodríguez, ya no encontraban tiros claros, mientras Garbajosa, Gasol, Navarro o Calderón no sufrían mayores obstáculos para seguir anotando. Total, el debate fue perdiendo fuerza sin aspavientos, sin necesidad de grandes lujos fuera del habitual alarde volador de Rudy, con una naturalidad aplastante, como si no hubiese otro camino posible que el sumar la séptima victoria.
Serbia y Argentina son las últimas esperanzas. Más la primera, si nos atenemos a la paliza que le dio a los campeones olímpicos (83-64) un equipo que a pesar de los días que faltan para el Mundial, no transmite buenas sensaciones. Siguen siendo un colectivo de primer orden, pero puede que los éxitos cosechados les hayan llenado el estómago. Sea como fuere, España espera lo mejor de ellos para completar correctamente su preparación con un partido de esos de cara de perro. Pero para ello tendrán que acercarse al magnifico engranaje español. Y por lo visto, no es nada fácil.
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