Tertulia bajo los andamios en 'La Pecera'
El Círculo de Bellas Artes restaura los lienzos del techo de la cafetería
Los tres lienzos que decoran el techo de la cafetería del Círculo de Bellas Artes, del pintor José Ramón Zaragoza (Cangas de Onís, 1874; Madrid 1949), han estado expuestos a la suciedad causada por la calefacción, la contaminación, las grasas de la cocina y sobre todo el humo del tabaco durante 70 años. Un equipo de seis restauradores recuperará durante este mes de agosto el colorido original de la trilogía que representa El amanecer, El día y La noche. Los andamios han ocupado La Pecera, como se conoce a la cafetería del centro cultural, que no interrumpirá su funcionamiento a pesar de las obras.
Los restauradores han comenzado por El amanecer, al fondo de la sala. "Se nota que esta habitación fue utilizada como salón de fumadores porque este lienzo es el que más nicotina ha acumulado", afirma María Suárez, la directora del equipo de restauración. El lienzo, pintado en 1926, simboliza el inicio del día con los dioses griegos del sol, Helios en su carro, acompañado de Céfiro, dios del viento, y la diosa de la primavera, Flora.
Las pinturas han estado expuestas a la suciedad del humo del tabaco durante 70 años
José Ramón Zaragoza ganó en 1925 el concurso convocado por el Círculo de Bellas Artes para decorar el techo del Salón de Conversaciones, hoy cafetería. Lo hizo por unanimidad, y en 1931 terminó el tercer lienzo, de mayor tamaño y que hoy ocupa el centro del salón representando El día.
Zaragoza fue un pintor destacado a principios de siglo XX que cultivó el retrato y dejó una iconografía propia de la sociedad burguesa que le rodeaba. "Coincidió en su época con las vanguardias y sus obras, más clásicas, llamaron menos la atención de los críticos de principios de siglo. Aunque tiene muy buena técnica", comenta Suárez del pintor asturiano que llegó a ser académico de la Escuela de San Fernando y catedrático de Dibujo en la Escuela de Artes y Oficios.
Para la limpieza de las telas se utilizará un disolvente de jabón neutro. "No es lo habitual pero se hace para no molestar con el olor a los clientes", declara Suárez que espera acabar el trabajo de restauración a finales de mes. El objetivo de la restauración es recuperar los colores originales de las pinturas que hoy se encuentran detrás de una gruesa capa de suciedad de color ámbar. Los restauradores se ayudan de pequeños cepillos para recuperar el sentido luminoso de los cuadros.
"Para nosotros es muy gratificante que no se hayan tocado en todos los años que llevan colgados", afirma la restauradora que se ayuda en su trabajo con una cámara digital. Al final del trabajo de limpieza, se expondrán las fotos que mostrarán la mejora de los lienzos. De momento, las zonas restauradas dejan ver colores muchísimos más vivos que llamarán la atención de los cientos de visitantes que acuden al centro cultural de la calle de Alcalá.
La trilogía de la cafetería no fue el único encargo que el Circulo hizo al pintor. Zaragoza pintó La Belleza y el Genio, simbolizando a los grandes artistas camino del templo de la inmortalidad para el techo del Salón de Juegos Mayores, actual Sala de Columnas, pero el lienzo acabó exponiéndose en el Palacio del Conde Toreno, en Asturias. Fue destruido en la Guerra Civil y se conserva una imagen en el Museo de Bellas Artes de Asturias.
La recuperación de los lienzos está sufragada por la Fundación Reale que firmó un convenio con el Círculo el pasado 12 de julio. La obra social de la empresa aseguradora se centra en el fomento del medio ambiente, la cultura y el deporte aficionado.
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