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Entrevista:MUNICIPIOS TURÍSTICOS | CHICLANA

"Debemos aprender a sumar, sin competir"

José María Román pide coordinación para mejorar el sector turístico en la bahía de Cádiz

En los años noventa los operadores turísticos alemanes eligieron Chiclana (Cádiz) como objetivo de sus inversiones. No se equivocaron. La ciudad ha experimentado un crecimiento económico único en Andalucía, gracias al equilibrio entre el aprovechamiento del suelo y el respeto al medio natural. Con 12.000 plazas de hotel y algunas de las más cómodas urbanizaciones de la costa andaluza, la ciudad mira al futuro con el objetivo de emprender nuevas obras de mejora el casco antiguo, y consolidar las líneas de negocio turístico que ya están en marcha. Su alcalde, José María Román, (Chiclana, 1958), reconoce la dificultad para atajar el fenómeno de las viviendas ilegales y mantiene el compromiso de la calidad como herramienta de desarrollo.

Pregunta. Chiclana ha experimentado una gran expansión turística en las últimas dos décadas. ¿Qué ha diferenciado su desarrollo respecto a otras ciudades de la costa gaditana?

Respuesta. Quizá la apuesta, desde un principio, por la calidad. Creo que toda la ciudad entendió que, a medio y largo plazo, el éxito económico está en la inversión de calidad y el planeamiento de un urbanismo blando que han generado crecimientos respetuosos con el entorno.

P. ¿Ha logrado contener el problema de la vivienda ilegal?

R. Quiero pensar que sí. La aplicación del nuevo Plan de Ordenación Urbana ha supuesto un punto de inflexión que, regulando mucho de lo existente, limita desarrollos ilegales futuros.

P. ¿Ha aplicado mano dura?

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R. Yo diría que sí, pero la legislación española impide la adopción de medidas a los ayuntamientos hasta no completar complejos procesos administrativos. Cuando se llega a ese punto, en la mayoría de los casos, las construcciones ilegales están ya consolidadas y es casi imposible actuar.

P. ¿Qué espera, en materia turística, de la Mancomunidad de la Bahía?

R. Que nos coordinemos mejor. Debemos aprender a sumar en lugar de competir. A veces, tengo la impresión que estamos unos ayuntamientos contra otros, incluso para programar actividades lúdicas. La Mancomunidad tiene mucho camino por delante en materia de actividades náuticas, infraestructuras y servicios.

P. Su Ayuntamiento y el vecino de San Fernando reclaman la titularidad del castillo y del islote de Sancti Petri. ¿Cómo lo ve?

R. (Sonríe) Es un litigio antiguo. La realidad es que el castillo fue incluido en el registro de San Fernando en los años sesenta, cuando la ciudad tenía mucha fuerza por la actividad militar que acogía. Sin embargo, por lo que al catastro se refiere, siempre ha pertenecido a Chiclana. Es un asunto sin resolver.

P. Los socios del Club Náutico de Sancti Petri dicen que se les ha quedado pequeño.

R. Y yo estoy de acuerdo con ellos. No sólo debemos multiplicar por dos o por tres los atraques, sino que, además, tenemos pendiente la ordenación del antiguo poblado de Sancti Petri (próximo al puerto deportivo). Queremos consolidar la zona como un centro de ocio, deporte y cultura. Estamos intentando cerrar un acuerdo con Costas, La Empresa de Puertos de Andalucía, la parte social y el propio Ayuntamiento, para que se logre un modelo satisfactorio de actuación. Ya tenemos el proyecto y esperamos firmar el convenio pronto.

P. ¿Usted también se queja de las infraestructuras?

R. En el último año ha habido cambios fundamentales. Hemos mejorado mucho con la apertura de la autovía Chiclana-Conil. Ya tenemos comunicación rápida con el aeropuerto y la Junta tiene en marcha el proyecto de circunvalación oeste, que descongestionará el tráfico en el centro.

P. Parece que, definitivamente, Chiclana se ha especializado en turismo natural y de salud. ¿Por qué esta elección?

R. Porque genera riqueza. Necesitábamos campos en los que diversificar el turismo de sol y playa. El antiguo balneario, los baños árabes y las condiciones del agua del mar nos marcaron el camino de la talasoterapia que está teniendo una gran efectividad económica. Junto a ello, la ciudad ofrece un entorno natural único, con dos millones de metros cuadrados de pinares y otro tanto de salinas y marismas.

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