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Reportaje:CINE

Una forajida de gatillo fácil en el México salvaje del siglo XIX

Penélope Cruz atraca bancos junto a Salma Hayek en 'Bandidas', un 'western' producido por Luc Besson, el 'tarantino francés'

Penélope es la granjera expeditiva de gatillo fácil y Salma, la rica heredera meditabunda y algo snob, diestra en el lanzamiento de puñales. Juntas son el azote de los bancos estadounidenses de México a finales del siglo XIX. "Salma [Hayek] y yo tenemos una relación especial desde hace 10 años y queríamos hacer una comedia, con unos personajes que no se tomaran a sí mismos demasiado en serio", explicó ayer Cruz, en la presentación en Madrid de Bandidas, un alocado western que se estrena mañana, producido por el tarantino francés Luc Besson y dirigido por los desconocidos Espen Sandberg y Joachim Roenning.

"Luc [Besson] nos ofreció rodar un western con mujeres, de los que sólo habrá unos tres o cuatro en la historia del cine. Un poco al estilo de Viva María", señaló Cruz, en referencia a la cinta de Louis Malle protagonizada por otro dúo explosivo, las francesas Brigitte Bardot y Jeanne Moreau, en 1965.

"No había hecho nunca una comedia en inglés. Es un género que me interesa mucho porque es igual de difícil que el drama o más. Tiene un ritmo muy sutil, es como música. Es muy complicado de transmitir con palabras. Es verdad que en una película me cuesta menos llorar que reír, y no sé por qué". Cruz lamenta que sea uno de los géneros que menos le ofrecen, aunque subraya que sus intereses son amplios: "Quiero poder hacer de todo e intentar no repetirme a mí misma. Por ejemplo, me gustaría hacer un thriller pero no creo que lo haga antes de dos años".

María (Cruz) y Sara (Hayek) son unas delincuentes a la fuerza. Una empresa estadounidense se dedica a expropiar las tierras de los campesinos pobres mediante tretas administrativas. Los que se resisten son asesinados por una banda de pistoleros a sueldo liderada por un desalmado de flequillo grasiento y mirada desquiciada (el cantante de country Dwight Yoakam). Los sicarios tirotean al padre de María y envenenan al de Sara, el banquero que vende las cuentas de sus clientes a los yanquis.

María y Sara no congenian mucho al principio. Se consideran una paleta y una pija, respectivamente. "Es el rodaje más divertido en el que he trabajado. Las dos somos muy payasas en la vida real y nos reímos continuamente la una de la otra, y creo que todo eso está en la película". La complicidad entre las dos sex-symbol latinas creó algunos apuros a los directores. "Había escenas en las que teníamos que cortar porque nos daban ataques de risa. Los directores, que son noruegos, se ponían a temblar cuando hablábamos entre nosotras en español porque no sabían qué iba a pasar en la toma siguiente".

La voluntad de hacer justicia hace que las dos superen las diferencias de clase. María quiere lanzarse enseguida a vaciar cajas fuertes, pero Sara, cuando deja de acicalarse, considera que primero necesitan cierto adiestramiento. El viejo lobo

Bill Buck (el dramaturgo Sam Shepard), un atracador retirado, es su hombre. Él acepta, a regañadientes, enseñarles los trucos del oficio.

Rodaje de vértigo

Penélope y Salma, embozado el rostro, despluman los bancos y huyen cabalgando a velocidad de vértigo por las praderas mexicanas. "Casi todas las escenas de los caballos las hemos rodado nosotras, y a veces te la juegas. En un par de escenas la velocidad que cogimos fue excesiva. En el momento tienes el subidón de adrenalina y no te das cuenta, pero luego lo piensas y te da miedo. De hecho, me metí tanto en el personaje que iba con las pistolas a todas partes. Un día entré con ellas en un Burger King y el guardia de seguridad salió corriendo detrás de mí".

La exigencia de las escenas de acción es un reto que acepta con gusto: "Es divertido porque aprendes muchas cosas. Ahora soy capaz de cabalgar un caballo sin silla. Cada día fue una aventura. Rodábamos en una zona salvaje y cada vez que queríamos ir al baño nos tenían que llevar en helicóptero".

A la pareja les une un ayudante inesperado (Steve Zahn), un quisquilloso detective que acaba siendo víctima de la rivalidad de las dos impetuosas justicieras. En una escena erótico-festiva, Sara y María se retan a probar quién da los mejores besos. Vestidas de cabareteras, se lucen con un atónito sparring.

Cruz incide en que dar vida a una ladrona con causa ha sido divertido, pero confiesa que lo de robar no es lo suyo. "Con cinco o seis años robé una bolita para el árbol de navidad en un supermercado. Inmediatamente me sentí tan mal que tuve que devolverla. Era muy pequeña, pero ya sabía que aquello estaba mal". Aun así, la experiencia le ha dado ganas de rodar la continuación. "Sería Bandidas en Europa, pero aún no se ha negociado nada en serio".

Penélope Cruz ha disfrutado de la comedia <i>Bandidas</i>.
Penélope Cruz ha disfrutado de la comedia Bandidas.CRISTÓBAL MANUEL

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