Muere apuñalado un hombre en Alcalá de Henares
"¿Quién ha matado a quién? ¿Ella a él o él a ella?", comentaban algunos vecinos ante la hipótesis luego descartada de que se tratase de un crimen pasional. "Se llevaban muy mal. Siempre se estaban gritando", insistía un adolescente desde el portal número 2 de la calle de Luis de Alcalá, en Alcalá de Henares. Mientras tanto, en el sexto B permanecía el cuerpo de Juan Ramón López Franca, de 51 años, que murió apuñalado alrededor de las 21.45 en circunstancias desconocidas en plena calle, según Emergencias 112.
López Franca tenía en su haber con esa identidad 13 detenciones. "Y con otros nombres también había sido detenido en distintas ocasiones", señalaron fuentes policiales. López Franca había sido detenido por robos con violencia, resistencia a la autoridad, tenencia de drogas y por quebrantar varias veces una condena por malos tratos, según las mismas fuentes. "Tenía una orden de alejamiento de su ex pareja de un juzgado de Alcalá de Henares", señalaron.
Tras ser apuñalado, López Franca subió las escaleras del portal en busca del piso donde vivía desde hace dos años. En el interruptor de la luz del primer piso todavía quedaban restos de sangre del trayecto de su agonía. En el sexto le esperaba Klichvia Bourchara, una trabajadora de la limpieza, de 34 años, marroquí, que conoció a la víctima tras alquilarle una habitación de su casa, según afirmó Jachim Kemmou, su sobrina, de 26 años.
A pesar del historial delictivo del apuñalado, Jachim pensaba esto de él: "Era muy buena persona. Un hombre encantador. Muy simpático y trabajador", declaró Jachim, mientras esperaba que el cadáver fuese trasladado para poder consolar a su tía.
Vecinos en la ventana
"A las diez y cuarto de la noche, me llamó mi tía llorando, diciéndome que fuese para allá", declara Kemmou, que todavía piensa irse con ella de vacaciones el próximo viernes a Marruecos. "Él trabajaba en una obra de la construcción y aunque no le veía desde hacía mes y medio, sé que no tenía problemas con mi tía", comentaba Jachim mientras describía a un amigo cómo fue su boda en Marruecos, en la que conoció a la víctima.
"Éste es un barrio muy conflictivo. Cualquier cosa ha podido pasar", comentaba un vecino en un grupo formado en el parque del Vivero, cercano a la casa. Según los vecinos, son frecuentes las peleas entre los habitantes de este barrio conocido como El Vivero. A la una de la madrugada, los habitantes del edificio de siete plantas continuaban asomados a sus terrazas, pendientes de que saliera el cadáver. El bloque, donde vivía Juan Ramón López era un hervidero de rumores, puesto que nadie sabía nada. Algunos inmigrantes sentados en los portales de los bloques de alrededor no daban crédito a lo sucedido.
Con la de ayer ya son 42 las personas que han muerto de forma violenta en la región este año.
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