El PGOU de Málaga se aprueba por primera vez sin consenso político

El pleno municipal de Málaga aprobó ayer inicialmente el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad con los únicos votos favorables de la mayoría del PP, algo que nunca había ocurrido hasta ahora pues los dos ordenamientos anteriores contaron con algún tipo de acuerdo político. Para el PP, el plan supondrá el "despegue" de la ciudad, mientras que la oposición considera que favorece la especulación urbanística.

El plan de 1983, cuando el PSOE gobernaba con mayoría absoluta, fue aprobado por consenso, y el de 1997, con un gobierno en minoría del PP, fue pactado entre populares y socialistas. La oposición reprochó al equipo de Gobierno no haber permitido en esta ocasión la participación ciudadana en la elaboración del documento.

También lo hicieron la mayoría de los siete colectivos ciudadanos que intervinieron en el pleno. El concejal de Urbanismo, Juan Ramón Casero, negó la acusación, aseguró que el equipo redactor se ha reunido en varias ocasiones con las juntas de distritos y aseguró que ahora, cuando el documento saldrá a información pública, es el momento de la participación.

IU ya había anunciado previamente su rechazo al nuevo PGOU, pero el PSOE escondió su postura hasta el pleno. La portavoz, Marisa Bustinduy, lo anunció al inicio de su intervención: "Honradamente, no", fueron sus primeras palabras. "Sólo han escuchado las voces de los pocos que tiene mucho y no han escuchado a los muchos que tienen poco, y eso no es honrado", expuso.

Para el PSOE, el documento "es un gran contrato entre unos pocos para clasificar como urbanizables todos los suelos susceptibles, o incluso a veces no susceptibles, de ser urbanizados". Bustinduy censuró las expectativas de crecimiento urbanístico contenidas en el plan, de forma que la ciudad que ahora tiene 3.550 hectáreas, pasará a tener 5.700.

La portavoz de IU, Isabel Martínez, dijo que el plan solo está consensuado "con las grandes constructoras e inmobiliarias para ver donde van a pegar su próximo pelotazo, para obtener suculentas plusvalías". "Málaga se va a convertir en un paraíso de la especulación", apostilló. El plan contempla 74.331 viviendas, 41.049 aún pendientes del plan vigente.

El concejal de Urbanismo, Juan Ramón Casero, rechazó estas críticas que consideró "fáciles" pero "infundadas" y espetó a la oposición a demostrar sus acusaciones. Para Casero, si en de 1983 fue el plan del "saneamiento" de la ciudad y el de 1997 el de la consolidación, éste será el del "despegue" que permitirá que Málaga "deje de ser una ciudad grande para convertirse en una verdadera metrópoli". Destacó la apuesta por los espacios libres, que permitirá una ratio de 10 metros cuadrados por habitante, un 40% más que la actual.