El mundo a tus pies
La ventaja de los Juegos Olímpicos sobre el Mundial es que no tienen horas muertas. El mes del torneo futbolístico va lleno de vacíos estrepitosos: nada hasta la tarde y, pronto, días enteros de asueto. Jamás ocurriría en el show business americano. Hasta Alemania 2006, lo más espectacular del torneo, al margen de los partidos, era el sorteo de grupos.
Quizá por influencia norteamericana, estamos viendo que la dramaturgia del fútbol empieza a derivar de la batalla juvenil a la fiesta familiar. El espectáculo extrafutbolístico ha comenzado con lo más obvio: un concurso de misses, pero podría haber cosas de más enjundia. Por ejemplo, un certamen de aficiones, con desfiles matinales y votaciones por SMS e Internet; al mediodía, degustación gastronómica entre los chefs de cada selección, y a las noches, poesía. Los ingleses Stuart Butler y Crispin Thomas mantienen una página en Internet (www.footballpoets.org) a la que la gente envía poemas de fútbol. Hay miles en varios idiomas. Un tal Willie resume en verso cada partido del Mundial.
¿Y para cuándo un Eurovisión futbolero? En Inglaterra el asunto no es baladí. Los internautas votan su canción preferida en el diario The Sun o en la BBC (www.bbc.co.uk). La gente envía su propio himno, aunque las favoritas son clásicas como We are the champions en versión de Crazy Frog o World in motion, el himno de 1990.
Un sitio de Internet (home.wanadoo.nl/maarten.geluk) reúne letras de canciones de clubes, oficiales y oficiosas. La grada inglesa es la reina del género, ya que adapta sus cánticos en función del rival o del palco.
En una rápida audición del cancionero, hay tres tipos de himnos: el guerrero, el animoso y el épico-nostálgico. México anima a sus hombres con un corrido; Trinidad y Tobago canta a ritmo de calipso: "Soy un gladiador del fútbol", tan aguerrido como el español A por ellos. El himno inglés World at your feet, compuesto por Embrace, tira a reposado. "Tú eres", dice, "la primera vez en mi vida que creo que podemos caminar unidos".
Desfiles, canciones o concursos, pero que durante el mes del campeonato el show no se detenga cuando pite el árbitro porque, como dice la canción inglesa, "el mundo está a tus pies".
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