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Crónica:Alemania 2006 | Inglaterra-Suecia
Crónica
Texto informativo con interpretación

El conjunto disjunto

Inglaterra, con más expectativas que certezas, no da ninguna sensación de autoridad ante Suecia

Santiago Segurola

Inglaterra levantó el vuelo, pero no lo suficiente. Todavía no se ha estabilizado. Le sobra artillería y le falta juego o coherencia en el juego. Ha llegado al Mundial con más expectativas que certezas. Se le supone un potencial que su entrenador no explota de manera conveniente. Tres partidos y Eriksson busca la alineación adecuada. Es más fácil que lo consigan las circunstancias que sus decisiones. Mientras tanto, los ingleses no dan ninguna sensación de autoridad. Suecia, que fue un desastre en el primer tiempo, se impuso en el juego aéreo en una demostración inesperada de poderío. Estuvo a punto de ganar. Fracasaron los centrales ingleses, que se han distinguido toda la vida por su implacable dominio en los cabezazos. No esta vez. Ni Ferdinand ni Terry ni después Campbell lograron contener la sucesión de centros que volcaron los suecos en el segundo tiempo. Tampoco les ayudó el portero, un cualquiera. Robinson tiene reflejos y alguna vez evita lo imposible. El problema es que casi nunca evita lo posible. Mala señal.

RESULTADOS

SUECIA 2 - INGLATERRA 2

Joe Cole empujó a su equipo más allá de lo normal en el primer tiempo. Inglaterra comenzó con el agarrotamiento de costumbre, sin naturalidad. Sus jugadores parece que se han conocido ayer. No hay cohesión en el estilo ni en las conexiones. Lampard juega a buscar posiciones de remate. Beckham, a cruzar la pelota hacia el área. Crouch sabe que es una tentación para el pelotazo y lo hace saber. En lo suyo, todos son buenos. Eso no hace mejor al equipo. Hay un déficit de complicidad. Lo paga Rooney, el más claro de los ingleses, con un conocimiento global del juego. Le cuesta demostrarlo porque el equipo está mal mezclado. Demasiados especialistas y escaso conocimiento del juego.

La importancia de Joe Cole en la primera parte resultó asombrosa. Siempre se le consideró un proyecto de gran jugador. Fue un niño prodigio en el West Ham, innecesariamente contestado por el sector más arcaico del fútbol inglés. Parecía demasiado fino y barroco. Más pendiente de las obligaciones que del juego, ha perdido brillo en el Chelsea para acomodarse al rígido criterio de Mourinho. En este Mundial no se le puede discutir. Ha sido el mejor inglés de punta a punta. Aunque es un 10 por naturaleza, se ha establecido en la banda izquierda. A Alexandersson le hizo penar con un amplio catálogo de habilidades. Todo funcionó: las bicicletas, los amagos, los regates, los taconazos y el remate. Por cierto, qué remate. Cole marcó el tanto inglés en un tirazo que no pudo contestar el portero. Aprovechó el balón rechazado por la defensa sueca para acomodárselo con el pecho y levantar un remate parabólico que superó a Isaksson. El golazo coronó la sensacional actuación de Cole en el primer tiempo.

Suecia pasó de puntillas por el partido hasta que se decidió a jugar a la inglesa. Hasta entonces no había jugado a nada. Algunos detalles de Larsson y Ljungberg no ocultaban las carencias del equipo. Muchos veteranos, poca clase y escasos recursos. Cole superó a los defensas en todas sus intervenciones. Lo hizo con tanta facilidad que el resto del equipo se animó levemente. Nada extraordinario, por otra parte. Jugó Hargreaves por Gerrard, que no acaba de estar en plenitud física, y Owen ocupó la punta del ataque. Por poco tiempo: dos minutos. En su primera intervención se lesionó. Sus gestos fueron preocupantes. Una lesión fea. Crouch le sustituyó, aunque jugó menos en la punta que Rooney. No es la mejor noticia para Inglaterra. Fuera del engranaje del equipo, Rooney puede marcar la diferencia por su insaciable apetito goleador. Como jugador, sufre. Es otra cosa, un delantero que puede volantear, pasar, sorprender y rematar. Eriksson prefiere que sorprenda menos. El hombre es así de extravagante.

Rooney dejó destellos, especialmente en una jugada eléctrica que casi descontroló a los centrales suecos. Se retiró en el segundo tiempo con el partido muy peleado. No ha alcanzado su mejor nivel, pero sin Rooney es casi imposible que Inglaterra tenga alguna posibilidad de conquistar el Mundial. A Eriksson le hará la alineación el torneo. Hargreaves jugó de titular. Buen futbolista, sin más. Futbolista necesario en la selección inglesa. Su presencia puede liberar a Gerrard, cuya impetuoso ingreso generó un rédito instantáneo. Cabeceó con mucho estilo un centro de Cole. Fue el segundo tanto inglés, un gol que arreglaba el resultado, no los problemas. El gol también invitaba a una reflexión: ¿qué hace Gerrard a 70 metros del portero rival cuando su presencia es temible en los últimos 25? El caso es que Inglaterra tiene dinamita y no la aprovecha. Suecia tiene poca cosa, pero no la desperdicia. La debilidad de los centrales y el desplome de los centrocampistas ingleses no pasaron inadvertidos para Larsson y compañía. Pusieron la pelota en el área con la mayor rapidez posible, sin exquisiteces. Se encendieron todas las alarmas en Inglaterra, que concedió el empate dos veces. Las dos por errores defensivos. No es su único problema: le falta un portero, el centro del campo no está definido, algunos jugadores están situados fuera de sus puestos naturales y el entrenador no acierta con la tecla. Un conjunto disjunto.

Owen, lesionado, es retirado en camilla.
Owen, lesionado, es retirado en camilla.EFE

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