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Crónica:Alemania 2006 | Suiza-Togo
Crónica
Texto informativo con interpretación

Suiza, como los mayores

El cuadro helvético gana a Togo con muchos recursos pero poco entusiasmo

Habrá que empezar a tomarse en serio a Suiza. Sin platillos ni redobles para anunciar su paso por el torneo, la selección que dirige el muy sensato Jacob Kuhn tiene muchos más recursos de los que se le presupone al país de los pastos con los que sueñan en la diáspora las vacas frisonas, los cantones infinitesimales y el reloj de cuco. Está bien organizada. Cuenta con un central de la talla de Senderos. Un centro del campo jerárquico y metódico que controla Vogel. Unos laterales que conocen su oficio. Una línea de tres tras el punta que combina habilidad, choque y astucia para el rechace. Y un delantero centro que ejerce de delantero centro, Frei. Ayer, además de todo eso, tenía un rival desordenado y frágil. Que siempre ayuda, claro.

RESULTADO

TOGO 0 - 2 SUIZA

Un mecanismo más que suficiente para imponerse a Togo, desde luego. Pero también para aspirar a novedosas cotas de altura para ellos en un Campeonato del Mundo. Ya lo advirtió Barnetta: "Nos empiezan a tener respeto". Puede ser que se lo merezcan. Sobre todo, él, que, además de jugar un partido soberbio, cerró el choque con un magnífico tanto en el último minuto.

El primer gol de los suizos se ajustó con mucha precisión a lo que los entrenadores pintan en sus partidos imaginarios, en sus pizarras llenas de líneas rectas y deseos que nunca terminan de hacerse realidad. Magnin, el lateral izquierdo, ensanchó el campo, dispersó a los despistados togoleses y en el momento preciso, junto a la línea de fondo, mandó la pelota al área. Wicky -sí, el mismo que anduvo por el Atlético con el paso melancólico de los fados más tristes- la controló y se la dejó a Frei, que se limitó a hacer lo que mejor sabe: con un solo toque dejar el balón en la red. Buen gol y trabajo terminado pensaron los futbolistas suizos. Una actitud que no impidió que coleccionaran excelentes posibilidades de gol durante el segundo periodo.

La selección africana del dimisionario alemán de ida y vuelta Otto Pfisten intentó despabilar con el gol en contra. Los suizos, con una mezcla de suficiencia y sensación de legitimidad porque ya habían marcado, se echaron un poco atrás. Y Adebayor se decidió a hacer la guerra por su cuenta. Bajaba al medio campo para recoger la pelota e intentaba conducirla hasta el portero rival. Lo curioso, es que le funcionó en varias ocasiones. Suiza, más por decisión propia que empujada por los acontecimientos, retrasó las líneas y confió en el contragolpe. Lo hacen bien los suizos porque tienen buenos jugadores que piensan rápido y saben ejecutar lo que idean. Frei tuvo otras dos buenas oportunidades aprovechando la desbandada atacante de Togo. La selección de Pfisten estaba fuera de torneo y no tenía más opción que atacar. Sus avances se fundaron en la fuerza descomunal y la calidad técnica de sus futbolistas, que en algunos casos es apreciable. Tuvieron sus oportunidades de empatar. Pero no habría sido justo.

Con su victoria, Suiza pasa a encabezar el Grupo G, empatada a cuatro puntos con Corea del Sur. Les siguen Francia, con dos puntos, y Togo, en blanco y ya eliminada. Las dos primeras plazas se decidirán en la jornada del viernes, cuando Togo jugará contra Francia y Corea frente a Suiza. A Francia sólo le vale la victoria. Y a España le importan sus resultados: el primero o el segundo del Grupo G jugará con el equipo de Aragonés, ya clasificado para los octavos de final, dependiendo de si éste termina primero (jugaría contra el segundo) o segundo (contra el primero) del Grupo H.

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