El Condal acoge un espectáculo en el que actúan chicos del Raval
El teatro Condal de Barcelona acoge esta tarde (19.30 horas) el espectáculo teatral Transform-art, que no corre a cargo de ninguna compañía de renombre, sino de un grupo de niños de entre 8 y 18 años del Raval que dos veces por semana acuden a los talleres que organiza el centro de música y escena Xamfrà. En la obra, cuyo hilo conductor es ilustrar cómo es posible liberarse de la represión a través del arte, también participa el coro infantil L'Arc, de la escuela municipal de música Can Ponsic.
El centenar de jóvenes que participan en el espectáculo ultimaban ayer su actuación con la ayuda de sus profesores y educadores sociales entre el nerviosismo habitual que precede los estrenos y el alboroto propio de unos jóvenes de esa edad. Xamfrà surgió hace cuatro años, cuando Ester Bonal y Àngels Roger, profesoras por aquel entonces de dos institutos del barrio barcelonés, decidieron crear junto con Maria Dolors Bonal, un centro que utilizara la danza, el teatro y la música como herramientas para fomentar la integración y la convivencia entre los jóvenes del Raval. El proyecto contó desde el principio con el apoyo de la Fundación L'Arc, dedicada a la gestión de la escuela municipal de música de Can Ponsic en el barrio de Sarrià-Sant Gervasi y las clases comenzaron en enero de 2005 con 16 chicos; hoy son unos 60. "No queríamos que fuera una escuela de música con un programa reglado, ni tampoco un casal que se dedicara a entretener a los niños unas horas, sino un centro con una función social que les ofreciera una educación artística, fomentara su autoestima y, además, les apartara de las calles", explica Roger, que en la actualidad imparte clases de canto en Xamfrà.
Un barrio multicultural
El Raval ha sido destino de diferentes oleadas migratorias desde la década de 1960 y ahora concentra a comunidades muy diversas que no siempre llegan a relacionarse. Toda esa riqueza cultural es también perceptible entre los jóvenes que acuden a los talleres que imparte Xamfrà en el I. E. S. Miquel Tarradell, un instituto del céntrico barrio. Además de catalanes, los hay de Bolivia, India, Pakistán, Armenia, Ecuador, Colombia o Marruecos, entre otros países.
Por ese motivo, Xamfrà pretende que el arte sea un lenguaje común para las nuevas generaciones y en las clases no se trabaja de manera individual, sino en grupo para fomentar el compañerismo y la motivación. Además, todos se sienten animados por saber que hoy estrenan un espectáculo conjunto y que el resultado depende del esfuerzo de todos. "En los talleres se refuerza su autoestima para que tengan más confianza en sí mismos. Muchos piensan que no tienen talento, que no tienen voz para cantar y por eso hay que animarles", señala Roger. Los resultados han comenzado a notarse también en sus respectivos institutos, ya que como señala la profesora de Xamfrà, "sus tutores nos han dicho que los ven más concentrados en el trabajo y que ha mejorado sus disciplina y actitud desde que vienen a los talleres".
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