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Reportaje:Alemania 2006 | Francia-Corea del Sur

Arde Francia

Doménech claudica ante los criterios de Zidane o Henry, pero, a su vez, los jóvenes empiezan a levantar la voz ante los veteranos

Parecía que a Raymond Doménech, el seleccionador francés, le salía humo de los rizos que coronan su cabeza mientras discutía con Zidane. Pero... no. En realidad, la columna de volutas grises que subía hacia el cielo era la combustión vaporosa de una central térmica pegada al campo de entrenamiento.

La charla no era un intercambio de pareceres intrascendente. Suponía la definitiva toma del poder por parte del vestuario. Un golpe de Estado cuya traducción en el césped es el aumento de delanteros mientras la prensa francesa presiona y asegura que el equipo recuerda "a los Rolling Stones". Buenos, sí, pero quizá algo mayores para vestirse con mallas de licra. El paso del tiempo ha disminuido a la selección campeona del mundo en 1998. Hasta el punto de que Bernetta, un jugador de la pequeña y, en principio, irrelevante en lo futbolístico Suiza, se permite decir: "Hasta hace poco les teníamos miedo. Ahora nos lo tienen ellos a nosotros".

El centrocampista del Madrid siempre se las apaña para no citar por su nombre al técnico

Sagnol, mientras tanto, iniciaba otra pequeña revuelta. "Que los veteranos que cayeron en primera ronda en 2002 no hablen tanto", dijo el lateral mostrando la profunda división y ansiedad que rodea a Francia tras su empate contra Suiza (0-0).

"Mi relación con Zizou es la normal entre un entrenador y su capitán", comenta, sin que se le altere el semblante, Doménech. Lo cierto es que el mediapunta del Madrid siempre se las apaña para no citar por su nombre a Doménech. "Yo soy quien toma las decisiones", subraya el técnico.

En definitiva, los que controlan la caseta se revuelven contra el seleccionador y los más jóvenes contra los que controlan la caseta. Un lío. Sagnol también lanzó alguna advertencia a los jugadores que han pedido el amparo de Zidane o Henry para jugar: "Los suplentes deben aceptar su situación".

"Es el momento de la fantasía", dice Doménech convirtiendo en una idea propia la imposición de los pesos pesados. Se acabó lo de jugar con un solo delantero. "Somos muy sólidos, pero hay que aportar un poco más arriba para desequilibrar", comenta ahora, converso, el entrenador. Thuram, uno de los más clásicos del equipo, no cree que sea necesaria una revolución generacional y califica el debate de "artificial".

Zidane, el jefe junto a Henry, sí cree que debe modificarse la media de edad del equipo. Por ejemplo, dando entrada a su amigo Ribéry, marsellés como él y de 23 años. El madridista mostró muy claramente su ascendente sobre el equipo cuando en el propio terreno de juego, contra Suiza, pidió a las líneas que dieran un paso adelante y olvidaran las consignas de Doménech. El técnico tiene que pactar. Su promesa de "profunda renovación" cuando aceptó el cargo se ha convertido en una sucesión de "mesas de negociación" y alineaciones de consenso con los jugadores más emblemáticos.

El entrenador califica ahora el encuentro ante Corea del Sur de "difícil". Argumenta que, si bien el primer partido provoca en los futbolistas "excitación", el segundo genera "ansiedad". Eso sí, no se pronuncia sobre cuál de las dos cosas es más peligrosa para su conjunto en estas circunstancias.

Lo cierto es que hoy el técnico pondrá más delanteros sobre el terreno de juego. Puede decidirse por Saha o puede decidirse por uno de los disidentes, Trezeguet, que ya protestó abiertamente contra la actitud defensiva del conjunto y pidió el amparo de "Zidane o Henry".

Doménech, parece, aceptará la "sugerencia" de Zidane de reforzar el ataque. "No me importa jugar con cuatro atacantes si es necesario, pero lo importante no es el dorsal que lleven, sino que lleguen al área", comentó el técnico, recuperando la teoría de que no es más ofensivo, necesariamente, el equipo que más delanteros alinea. Doménech preparó su coartada para el cambio de parecer y dijo que estudia "a los rivales" y juega "en función de las características de cada uno de ellos".

Desde luego, hay un dato muy preocupante para Francia. Desde que Enmanuel Petit anotase el tercer tanto de la goleada francesa a Brasil en la final del campeonato celebrado en su país (3-0), la selección no ha vuelto a marcar en un Campeonato del Mundo. En los tres encuentros de Corea y Japón en 2002 se quedó a cero.

Zidane y Henry se refrescan durante el encuentro contra Suiza.
Zidane y Henry se refrescan durante el encuentro contra Suiza.REUTERS

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