Ecuador se sale
Los amarillos ya están en octavos tras imponer su mayor velocidad y pegada ante Costa Rica
Juego bonito. Pero juego lento. Costa Rica y Ecuador, cada uno en su estilo, rebobinaron varios decenios y recuperaron el predominio de la habilidad y el espectáculo sobre la velocidad del balón, la rigidez táctica y el músculo. Paredes, sombreros, taconazos, pasecillos y adornos aquí y allá. Elaboraciones minuciosas de la jugada hasta llegar al área. Ecuador, mucho más veloz, más directo. Costa Rica, barroca como un pastel de crema vienés. Ecuador ya está matemáticamente en los octavos. Además, aún no ha encajado ningún gol y ha marcado cinco.
Ecuador en cualquier caso, tiene una marcha más. Es un equipo más moderno. Y tiene un plan B. Si está enfrente Costa Rica, acepta el mano a mano creativo y moroso, aunque se reserva su cuota de prudencia. Si es una selección con el cuentavueltas más revolucionado, tiene una estrategia y busca el contragolpe con la habilidad de Tenorio, Valencia, Méndez, Kaviedes -ayer suplente y autor del tercer gol- y Delgado. Su portero, Mora, que se pinta en la cara la bandera de su país, es bastante competente. Un detalle importante.
RESULTADO
ECUADOR 3 - COSTA RICA 0
La jugada del primer gol de Tenorio, que llegó antes del minuto 10, fue un buen ejemplo de las diferencias entre los dos equipos. Méndez se internó con velocidad, llegó a la línea de fondo y centró, preciso. El delantero, que venía corriendo desde el punto de penalti, picó la pelota de cabeza. Dos pases que los defensas del grupo dirigido por Guimaraes se quedaron mirando como si los estuviese envolviendo un ciclón.
No fue la única internada de Méndez con peligro. Un centro suyo estuvo a punto de entrar directamente a gol y a otro no llegó a meterle la puntera Delgado. Muy bueno Méndez, rápido y muy preciso e inteligente en el pase. Suyo fue también el centro del tanto de Delgado, el gran héroe de la hinchada ecuatoriana. Pero en esta ocasión el mérito fue del Tin, que controló el balón casi en el área pequeña y disparó, con muy poco ángulo, a quemarropa y a la escuadra. La jugada fue bastante ejemplar de las facilidades que da la selección del único país sin ejército de latinoamérica.
Costa Rica es incapaz de esquematizar tanto. Necesita mucho tiempo, muchos jugadores involucrados en la jugada, muchas vueltas y revueltas hasta encontrar el hueco. A veces, lo consigue. Pero en general su cadencia de juego favorece los intereses defensivos del rival. Un ejemplo fue una jugada de Gómez que ya en el pico del área intentó controlar el balón dándole toques sucesivos hasta acomodárselo para chutar. Consiguió elevar el nivel de decibelios de su hinchada, pero no llegó a tirar a puerta, le quitaron el balón antes. Ronald Gómez fue el más peligroso de los costarricenses. Bueno, y Saborío, que estrelló el balón en la cruceta ya casi a punto de concluir el choque.
La grada también mostró ese regusto por la época clásica del fútbol. Aficiones más o menos mezcladas, colores chillones y brillantes, gritos de ánimo muy poco guerreros y, en cualquier caso, reservados principalmente al árbitro. Alguna pancarta con referencias a la hermosura de la patria y un ánimo incansable y festivo.
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