Arabia y Túnez buscan la pedrea

Marcos Paquetá, el seleccionador brasileño de Arabia Saudí, pertenece al subgénero de los entrenadores optimistas. "Lo que Hiddink hizo con Corea en 2002 demuestra que nada es imposible", comentó ayer sin alterársele un músculo de la cara. Lo que hizo el holandés en 2002 fue llegar a las semifinales de la Copa del Mundo. Por cierto, tras eliminar a España en cuartos de final. Paquetá, sustituto de urgencia del argentino Gabriel Calderón, que no le gustaba a los príncipes saudíes, pertenece también al subgénero de los entrenadores estrategas: "Tenemos un plan y los jugadores se encuentran bien. El partido es fundamental".

Su rival, el francés Roger Lemerre, responsable de la selección tunecina, es más bien del tipo pesimista. Otra categoría habitual en el gremio. "La lesión de Fraiciuledo Silva Dos Santos para nosotros es como la de Michael Ballack para Alemania", comentó didáctico, ejemplificando para que los medios alemanes comprendieran cuánto de comprometida es su situación antes de medirse hoy a las seis a los saudíes. Tiene su parte de razón. El brasileño nacionalizado tunecino ha marcado 18 goles en los 28 partidos en los que ha sido internacional por las águilas de Cartago. "Es lo mismo que dijo Klinnsman con la baja de Ballack, el equipo no se hunde porque falte Santos, pero está claro que es mucho más fuerte con él". Lemerre también quiso dejar claros los sentimientos de Santos: "Ya no es brasileño, su corazón está con Túnez y nunca volverá a vestir la camiseta brasileña". Lo que es cierto, pues dado el reglamento FIFA es imposible. Lo cierto, es que Lemerre, ex seleccionador francés y campeón de la Copa de África con el conjunto tunecino, ya ha tenido que reemplazar a dos jugadores por lesión.

Los precedentes de ambas selecciones en el Mundial son bastante descorazonadores. Los saudíes perdieron en el último campeonato por ocho goles a cero contra Alemania. Eso sucedió en el primer partido. "Los hijos del desierto estamos capacitados para lavar esa pésima imagen", advirtió Paquetá, que fue campeón del mundo con los juveniles brasileños. Los antecedentes tunecinos tampoco invitan en exceso al optimismo.

La selección norteafricana nunca ha pasado de la primera fase de un Mundial y sólo puede presumir de una victoria, en Argentina 1978, frente a México (3-1).