"Parreira, ¿Ronaldo está gordo?"

El Mundial no ha comenzado para Brasil pero Ronaldo, el Fenómeno, el hombre que en Alemania 2006 está llamado a batir los registros goleadores de Pelé, Gerd Müller y Just Fontaine de una tacada, ya ha sido protagonista. Sin balón, sin goles y sin partidos de los que hablar, el número 9 de la canarinha ha sido protagonista involuntario de la actualidad brasileña. Y es que nada de lo que haga el mejor jugador del mundo escapa al marcaje de los medios de comunicación. Además, tampoco parece que se esconda. Un día fueron unas fotografías junto al disc-jockey de una discoteca de Ginebra que aparecieron en la portada de un rotativo sensacionalista suizo. Otro, la escapada en Francfort hasta altas horas de la madrugada. Más tarde, unas llagas en los pies por culpa de unas botas nuevas durante un partido. Y, si no, una fiebre. Todo ello alimentó de carnaza a los medios de comunicación. Como siempre, el eterno debate en torno a su peso es lo que, sin duda, más ha molestado a Ronaldo. Hasta el punto de que ayer dijo basta después de que el mismísimo presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, preguntara por esa cuestión en la videoconferencia mantenida la noche del pasado jueves entre Brasilia y Koegnistein, la pequeña población cercana a Francfort donde está concentrada la selección.

"Oye Parreira, ¿Ronaldo está gordo o no?", le preguntó el presidente de Brasil al seleccionador brasileño. "No, está muy fuerte. El biotipo cambió. Ya no es aquel garotinho del 94, presidente. Está listo para la Copa", le respondió Carlos Alberto Parreira. Ronaldo se enteró de lo sucedido ayer por la mañana. Guardaba reposo por culpa de la fiebre. Maldita la gracia que le hizo. Tan enfadado estaba que se apuntó voluntario a la rueda de prensa que tenía organizada la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) por la mañana. De nada le sirvió al departamento de prensa de los brasileños intentar calmar al Fenómeno. Trataron de convencerle de que no diera réplica al presidente, pero fue inútil.

"A mí también me gustaría hacerle algunas preguntas al presidente Lula", dijo Ronaldo, aclarando que a los futbolistas les habían prohibido preguntar al presidente. Pero, enfadado como estaba ayer por la actitud del presidente de Brasil, Ronaldo se despachó a gusto. "Si lo que le interesa es si yo estoy gordo, me imagino qué debe ser lo que no le interesa", siguió diciendo el delantero del Madrid, que echó la culpa a los medios de comunicación brasileños de que Lula se preocupe lo que calificó de tonterías. "Os escucha a vosotros y pregunta por cosas que no son verdad", subrayó. "Todo el mundo dice que él bebe. Pero si es mentira que yo estoy gordo, también debe serlo que Lula bebe" respondió al final de la rueda de prensa con las televisiones a una pregunta de Julio Gomes, de la Televisión Bandeirantes. Ronaldo lamentó la situación por la que atraviesa, justo antes del inicio de su cuarto Mundial. "Parece que estoy pasando un test. Falta seriedad y responsabilidad. Tengo ganas de que empiece el fútbol y se acabe con tanta tontería", sentenció. "Tenemos un excelente equipo pero vamos a ver si conseguimos consagrarnos en el Mundial".

Lula le recordó a Parreira, durante la videoconferencia, que nunca había visto a los brasileños tan entregados a la idea de que su selección va a ganar el Mundial, a lo que el seleccionador le recordó que estaban en su derecho. Parreira también defendió la postura de Lula: "Como torcedor está en su derecho de decir y opinar lo que quiera, pero el seleccionador soy yo", dijo, antes de convenir que el trabajo de Lula es más complicado que el suyo. "Él debe preocuparse de cosas muy importantes como la salud, la cultura y la violencia en nuestro país; nosotros, sólo de ganar un torneo de fútbol", dijo Parreira que aceptó de buen grado el consejo de Lula: "Calma. La cautela y el caldo de pollo nunca hicieron mal a nadie".