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Reportaje:Alemania 2006 | Argentina-Costa de Marfil

"Al pisar el césped recordaré toda mi vida"

Drogba, una figura tardía, lidera a una esperada Costa de Marfil

"Hay mucho talento en Costa de Marfil, hemos mejorado en todos los conceptos. Pero todavía nos falla el exceso de ansiedad y eso es capital en un Mundial", matiza Henry Michel, el entrenador de la selección africana, cuando se le recuerda que dirige al mejor grupo de jugadores de ese continente de la historia. Una generación prodigiosa, con "mezcla de las academias de fútbol francesas y la fuerza e inspiración africanas". Todos juegan en Europa. Un sólido conjunto liderado por el delantero del Chelsea Didier Drogba. "Es un tipo importante porque puede hacer cosas distintas, pero también puede mejorar", puntualiza Michel, antes de ampararse en las normas del grupo bien avenido: "Es sólo uno entre 23". Una mentira piadosa con el resto.

La mujer del entrenador de porteros y algunas madres de jugadores se encargan de la comida
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Drogba, con un gorrito puesto en la cabeza, destaca desde que se pasea con su equipaje por la recepción del hotel en Hamburgo. Sonríe, se ríe, intercambia discos con algún habitual de la concentración. Firma autógrafos. Es el único al que le dificultan el acceso pidiéndole cosas, fotos, banderas, un recuerdo, algo. Frente a los medios, se sienta en el centro de la mesa. A su lado, Touré, Eboué y Kindane. Ninguno abrió la boca. Todas las preguntas, en francés, en inglés, en el español cantarín de los argentinos, iban dirigidas al mismo personaje. "De Mourinho he aprendido a pensar sólo en la victoria", decía y sin tiempo para recuperarse revelaba que no le manda mensajitos por el móvil al argentino Crespo, compañero de equipo, desde hace un mes. O que se siente "muy emocionado". Tan emocionado, que va a recordar toda su carrera "nada más saltar al césped". Una carrera mucho más demorada que la de otras grandes figuras. Drogba nació hace 28 años en Abidjan. "Todo ha dado un vuelco increíble en los últimos tres años". Entonces, fichó por el Olympique de Marsella. Hasta esa fecha, ya mayorcito, había hecho una modesta carrera en el Le Mans y el Guingamp franceses

Puede que Drogba lleve un paso cadencioso en la vida. Su padre, un empleado de banco, le mandó con cinco años a Brest, en la Bretaña, para que viviera con su tío, un ex futbolista profesional. Pero Tito, como le llamaban de niño, regresó a Costa de Marfil con ocho años. No aguantó la separación. Cinco años después, toda la familia se trasladó a Francia. Didier tenía 13 años y empezó a jugar al fútbol. Pero, de nuevo, hubo un retraso: repitió curso en el colegio y sus padres le obligaron a dejar el equipo. "Me sentaba en la parte de atrás de la clase y perdía la concentración", se ríe ahora recordándolo. En aquella época jugaba de lateral derecho. Hasta el final de la adolescencia no empezó a jugar de delantero. Y tampoco entonces marcaba muchos goles. Por ejemplo, en 2001, ya con 23 años, anotó solo tres tantos en la Liga francesa.

A Drogba le cuesta separarse de sus padres, aunque haya vivido varias temporadas alejado de ellos, incluidos algunos años escolares interno por su falta de interés ante los libros. Su madre ha viajado hasta Alemania "para ayudar". La mujer del preparador de porteros, con la ayuda de algunas madres, es quien se encarga de cocinar la comida para el equipo y los medios africanos desplazados. "Toda ayuda es buena", insiste el jugador, que coincide con su preparador en que el choque de hoy contra Argentina es "el más importante por ser el primero, marcará el camino".

Drogba celebra un gol con su selección.
Drogba celebra un gol con su selección.EFE

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