El United declara la 'guerra' a Inglaterra
Eriksson dice tener luz verde para alinear a Rooney y el Manchester se prepara para defenderse ante los tribunales si hace falta
Inglaterra y el Manchester United están en guerra. "Wayne Rooney está libre de lesión. Estoy dispuesto a escuchar a todo el mundo y a discutir con ellos la situación pero la última palabra en esta historia la tenemos Wayne y yo", proclamó ayer el seleccionador de Inglaterra, Sven-Göran Eriksson, desafiante como nunca. "Es una decisión de los médicos. Hay que pedir consejo a los médicos y aceptar lo que digan", le respondió el legendario Bobby Charlton, director técnico del Manchester United.
El jugador, tras recibir un precario visto bueno médico, se entrenó ayer con el resto de sus compañeros. El seleccionador considera que tiene luz verde para hacer lo que le parezca más conveniente. Y el club se prepara para defenderse en los tribunales si hace falta. El miércoles, el United envió a su abogado para que asistiera a las discusiones de los médicos sobre el escáner que le practicaron al jugador en una clínica de Manchester. Su presencia tenía como objeto tomar nota de lo que allí se decía por lo que pueda ocurrir en el futuro.
El club y la selección interpretan de distinta manera el dictamen del doctor Wallace
La reunión fue tensa y la decisión final estuvo en manos del doctor Angus Wallace, un experto de reconocido prestigio que hizo de mediador de la FIFA. Wallace dio luz verde a Rooney para que se reincorporara a los entrenamientos de Inglaterra, pero club y selección hacen interpretaciones distintas sobre su dictamen. "La visión del experto médico independiente es que Wayne tiene bastantes posibilidades de estar en condiciones después de la fase de grupos del Mundial", afirmó el Manchester United en una nota hecha pública casi a medianoche del miércoles.
Eriksson, que según la prensa inglesa pretende alinear a Rooney en la media hora final del tercer partido de calificación, ante Suecia, si Inglaterra ha ganado antes a Paraguay y Trinidad y Tobago, respondió ayer al United. Con una autoridad que nunca había mostrado antes, quizás porque deja la selección después del Mundial y ya no tiene muchas formas que guardar, el sueco leyó una nota ante la prensa en Alemania. "La buena noticia es que Wayne ya no tiene lesión y está libre de lesiones; ahora es cosa nuestra que esté en forma para poder jugar", proclamó.
"Cuando pensemos que está preparado para jugar estoy dispuesto a escuchar el consejo de cualquier especialista con el que queramos hablar y también con el Manchester United si quiere discutir sobre la preparación de Wayne", añadió. "El profesor Wallace me ha asegurado que estará aquí cuando nosotros creamos que Wayne está listo. Pero la última palabra es de Wayne y mía", advirtió. "Hago esto por el bien de Wayne, Inglaterra y millones de hinchas ingleses y soy responsable de ello", desafió. Y dejó claro que ni él ni sus jugadores van a hablar de Rooney hasta que esté listo para jugar.
El desafío de Eriksson pone de actualidad el caso de Abdelmajid Oulmers, un jugador marroquí del Charleroi. El club quería impedir que jugara un amistoso contra Burkina Fasso porque estaba apenas recuperado de una lesión, pero la FIFA le obligó a ceder al jugador. Oulmers recayó y estuvo siete meses lesionado. El Charleroi, que perdió una plaza para jugar la Liga de Campeones, recurrió a los tribunales ordinarios para exigir una indemnización. El caso aún no se ha fallado. Si Rooney recae de su lesión, el Manchester no podrá contar con un jugador que le ha costado 40 millones de euros, salarios y primas aparte. ¿Quién pagará la factura?
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