Hacienda ensaya técnicas de tipo policial para mejorar la lucha contra el fraude
El 10% de la plantilla de Inspección está dedicada a labores de investigación
Escarbar en los registros mercantiles, buscar la conexión extranjera de una trama de fraude o acudir con la policía de madrugada a registrar un local. Son algunas de las labores que en el último año viene realizando un grupo de inspectores que se aleja de las tareas clásicas de este colectivo. La Agencia Tributaria ha apartado de la rutina a un 10% de la plantilla de Inspección para dedicarla a investigar. De esa forma han emergido decenas de tramas de fraude. Los resultados animan a Hacienda a extender ese modelo. El arco mediterráneo y Madrid son las zonas de atención prioritaria.
El objetivo es "actuar sobre las tramas en caliente", antes de que los delitos prescriban
El resultado es que se han descubierto y hecho aflorar miles de millones de deuda
La investigación es el principal reto de la Agencia Tributaria. Frente a la diligencia que se le supone en gestión de declaraciones y otras labores burocráticas, la imagen de su lucha contra el fraude complejo no ha sido hasta ahora brillante. Conscientes de esa carencia, los responsables de este organismo han decidido dar un vuelco a la manera de afrontar la elusión fiscal. "Esto no se ha hecho nunca en España", aseguran fuentes de la Agencia.
De momento, la investigación se está aplicando de manera experimental al 10% de la plantilla de la Inspección, compuesta de 5.006 personas entre inspectores, subinspectores y otros profesionales. En total, unas 500 personas se dedican de lleno a investigar, aunque la Agencia intenta que ese proceder cale en el resto de la plantilla. "Esto se aleja del trabajo del funcionario. No es ser policía, pero las técnicas son policiales", explican.
El resultado es que la Agencia ha descubierto decenas de grandes tramas de fraude con miles de millones de deuda. Las recientes operaciones contra despachos de abogados en Barcelona y Madrid, algunos flecos de Ballena Blanca y Malaya, en Marbella, y la operación Quercus, una red de empresas fantasma que operaba en Cádiz, son algunos de estos ejemplos. A menudo, provocan el cumplimiento voluntario de las obligaciones fiscales. Tras el caso Quercus, la Agencia ingresó unos 12 millones de euros sin requerirlos.
Lo que hacen los inspectores dedicados a la investigación difiere sustancialmente de la labor clásica. En lugar de investigar empresa por empresa, hacer actas y citar al contribuyente, los investigadores se centran en algo que les resulta sospechoso. Lo primero es rebuscar en toda la información de la que dispone la Agencia Tributaria, "que es mucha". Bases de datos propias, registros mercantiles o registros de la propiedad son algunas de estas fuentes.
A partir de ahí, se estudian las conexiones entre diferentes empresas, pues el fraude normalmente se ramifica, algunas veces en más de cien sociedad. Se hacen estudios patrimoniales de los administradores. Y se sigue la pista, que normalmente conduce a conexiones extranjeras. Uno de los principales escollos es que esa ruta del fraude suele derivar en paraísos fiscales, donde las pesquisas se disipan.
Con toda la información, la Agencia elabora un informe que constituye "un mapa del fraude", según esas fuentes. Y se envía al juez, que, junto con la policía, investiga la trama. Para esa segunda fase, el juez recurre a menudo a los inspectores que lo han puesto sobre aviso para que sigan colaborando.
De momento, existen 11 unidades de investigación repartidas por España más 17 unidades de tramas de IVA. Además, hay equipos especializados en investigar el fraude inmobiliario. La Agencia es partidaria de seguir incorporando más personal a la investigación. "Sabiendo que hay muchas tramas, habría que poner todos los medios en eso, en detrimento de la comprobación de datos", explican. El arco mediterráneo (desde la Costa del Sol hasta Cataluña) y Madrid constituyen las áreas más necesitadas de investigación.
Por volumen de fraude, el desmantelamiento de tramas de IVA es uno de los elementos prioritarios. La Unión Europea calcula que se pierde el 10% de la recaudación de este impuesto, lo que en España equivaldría a 4.000 millones de euros. Como esas redes actúan en diferentes comunidades, se nombra un responsable encargado de la trama, independientemente de dónde se desarrolle.
El objetivo es "actuar sobre las tramas en caliente", antes de que los delitos prescriban. "Le hemos dado un vuelco tremendo a la forma de tratar las tramas. Antes se iba contra las empresas de manera aislada, la mayoría insolventes, con lo cual no servía para nada".
Otro de los principales coladeros de fraude es el sector inmobiliario. El modo de actuar aquí es el siguiente: se capta información de ámbitos concretos, por ejemplo, una promoción inmobiliaria. Se contrastan los datos y se incorporan al sistema de información general. Con todo ello, se hace una selección de contribuyentes. De momento, los encargados de esta labor se han dedicado más a buscar información, pero en la segunda parte del año se harán comprobaciones in situ.
Una de los ámbitos en los que la Agencia ha obtenido mejores resultados ha sido en el fraude del impuesto de matriculación. Cada vez que un vehículo se matricula por debajo del valor de mercado, la Agencia lo comprueba y rechaza la matriculación si cree que hay algo oscuro. Con la colaboración de la Dirección General de Tráfico, ese fraude "prácticamente se ha erradicado".
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