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Berlusconi sueña con cambiar su suerte en las municipales

Enric González

Italia volvió ayer a las urnas, en unas elecciones municipales que según Silvio Berlusconi debían transmitir a Romano Prodi "el primer aviso de desalojo" y que el centro-izquierda quería convertir, en cambio, en una confirmación de su reciente y estrecha mayoría parlamentaria. La votación debía proseguir hasta hoy a las tres de la tarde, y la atención se centraba en Milán y Nápoles, dos ciudades que podían cambiar de manos.

Ningún sondeo apuntaba a un cambio en Roma. El popular alcalde, Walter Veltroni (Demócratas de Izquierda), que tuvo que votar en el hospital donde permanecía ingresado tras sufrir un cólico nefrítico en plena campaña, parecía destinado a renovar con cierta comodidad su mayoría frente a Gianni Alemanno (Alianza Nacional), hasta hace unos meses ministro de Agricultura. En Nápoles también resultaba probable, pero lo menos, la reelección de la alcaldesa de centro-izquierda, Rosa Russo Iervolino, aunque la presencia de terceros candidatos podría restar votos a los dos aspirantes oficiales y forzar una segunda vuelta.

Milán, impredecible

El resultado de Milán, la mayor ciudad del país, resultaba mucho menos predecible. Gabriele Albertini, de Forza Italia, quien en 2001 ganó con el 57% de los votos, dejaba la alcaldía. El centro-derecha quería reemplazarlo con Letizia Moratti, ex ministra de Educación y también de Forza Italia. El centro-izquierda, tradicionalmente minoritario en Milán, confiaba en alcanzar un éxito de repercusión nacional con el candidato Bruno Ferrante, antiguo prefecto de Policía. Los sondeos auguraban un práctico empate en los barrios céntricos, lo que dejaba el resultado en manos de la volátil periferia.

Silvio Berlusconi ha participado casi diariamente en actos de campaña en Milán y Nápoles para movilizar al electorado conservador e iniciar desde dos de las grandes alcaldías italianas la "revancha" tras la amarga derrota en las generales, que todavía sigue considerando "ilegítima". "¿También vosotros tenéis la sensación de que el 9 de abril fuimos víctimas de un robo?", preguntó al público en el mitin que cerró la campaña milanesa. "Sííí", rugió la gente. "Estas elecciones", siguió Il Cavaliere, "serán para la izquierda el primer aviso de desalojo".

También se celebraban elecciones para las administraciones provinciales y para el Gobierno regional de Sicilia. La candidata del centro-izquierda es Rita Borsellino, hermana del juez Paolo Borsellino, asesinado en 1992 por la Mafia, que corroe la isla. Rita, como se la conoce en toda Sicilia, acumuló durante años una enorme popularidad como activista contra el crimen organizado y confiaba en alzarse con la victoria frente a Totó Cuffano, democristiano y actual presidente regional, pendiente de juicio por un supuesto delito de colaboración con asociaciones mafiosas.

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