Philippe Amaury, empresario de prensa francesa

La prensa popular está condenada. Desde que apareció la radio y luego la televisión, desde que existe Internet y los diarios gratuitos, la viabilidad de la prensa popular es puesta en cuestión regularmente. Philippe Amaury, nacido hace 66 años en una región vecina a París, heredó de su padre, Exilien, un diario histórico y muy enfermo, Le Parisien Libéré y el deportivo L'Equipe. Era en 1977 y para hacer efectiva la herencia tuvo que luchar con su hermana Francine que, al final, se quedó con dos semanarios ilustrados.

Philippe Amaury liberó a Le Parisien del adjetivo Libéré que lo enquistaba en la inmediata posguerra y, sobre todo, lo liberó política y culturalmente. La demagogia vagamente racista, el populismo chauvinista, fueron desapareciendo de sus páginas y el diario recuperó lectores, siempre populares y apresurados, deseosos de un periódico con profusión de fotos, con noticias breves pero propias y elaboradas, es decir, distintas de la de los "gratuitos".

Una de las grandes batallas de Amaury -empezada por su padre- fue sacar la distribución del diario -de sus diarios- del todopoderoso Sindicato del Libro, que ejerce una suerte de casi monopolio sobre toda la prensa en la zona de París. Eso le permitió reducir gastos pero la batalla fue muy dura y las consecuencias aún no han podido ser evaluadas hasta el último detalle.

Philippe Amaury tenía por costumbre no acudir nunca a la redacción. La mayoría de los periodistas que trabajan en las publicaciones de su grupo -que también organiza el Tour- sólo le veían una vez al año, con motivo de las fiestas de Año Nuevo. Tampoco concedía entrevistas ni participaba en grandes debates sobre el futuro de la prensa. La única vez que expuso su pensamiento en público lo hizo con una sencillez y transparencia que rompe con las consideraciones intelectuales y más o menos alambicadas de sus pares: "Tenemos un método de gestión simple. Se trata de que las sociedades ganen dinero", dijo en 1995.

Enfermo de cáncer, Philippe Amaury, que falleció en París el pasado día 23, deja su grupo en manos de su hija Aurora, que es abogado como él. Tendrá que ocuparse de casi 4.000 trabajadores y de un conjunto de sociedades cuyo valor se estima por encima de los 1.000 millones de euros. Le Parisien vende cada día más de 330. 000 ejemplares, su versión para el resto de Francia, titulada Aujord'hui en France, ronda los 160.000 y L'Equipe es el deportivo más prestigioso de Europa y cuenta con una cadena de televisión que lleva su nombre.-