El Gobierno dice que la entrevista de ETA demuestra que no pactó un precio político
El Ejecutivo cree que la banda quiere aclarar a las bases que no renuncia a sus metas políticas
El Gobierno, que rehuyó realizar una declaración oficial sobre la entrevista de ETA en Gara, expresó ayer, a través de fuentes informales, que las manifestaciones de portavoces de la banda confirman que el Ejecutivo no ha pagado ningún precio político por el alto el fuego permanente. Las mismas fuentes interpretan que las declaraciones de ETA revelan que "tiene prisa" por acelerar el proceso abierto en el País Vasco, tras el alto el fuego permanente, y que son, básicamente, un mensaje dirigido a las bases de la izquierda abertzale para aclararles que no han renunciado a ningún objetivo político.
El Gobierno evitó responder oficialmente a las primeras declaraciones de ETA, realizadas a los 50 días de la declaración de alto el fuego permanente. El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, aclaró que "no se va a pagar precio político por la paz" y que "lo importante no es lo que ETA dice sino lo que no hace". La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, tras considerar que el Gobierno no comenta declaraciones de ETA, señaló que "lo que cuenta ahora es verificar que el alto el fuego se corresponde con una decisión de cese definitivo e irreversible de todo tipo de violencia".
Las declaraciones de ETA a Gara confirman que el alto el fuego vino precedido de un acuerdo de procedimiento entre un enviado del PSE y otro de la banda -aunque evita precisar estos detalles- por el que se separarán las conversaciones entre el Gobierno y ETA para afrontar el "proceso de desarme", del proceso político entre los partidos vascos, en el que no participará ETA sino la representación de la izquierda abertzale, una vez legalizada y refrendada en las urnas.
La entrevista, en la que ETA se explaya en sus objetivos políticos máximos, denota, también, que quiere recordar al Gobierno central y a los partidos vascos que el proceso abierto no se limita a un acuerdo de "desmilitarización" (paz por presos) sino que los partidos vascos tendrán que buscar un acuerdo sobre el futuro de Euskadi.
Con ello, ETA refleja su preocupación de que la constitución de una mesa de partidos vascos, que abordará la reforma del Estatuto, quede muy relegada en el tiempo, sobre todo, tras la posición manifestada por los portavoces de los partidos en la ronda que cerraron con el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hace 10 días en La Moncloa. Todos los partidos coincidieron en que "primero es la paz y luego la política"; esto es, que la prioridad son los acuerdos a que lleguen el Gobierno y ETA (paz por presos) para que el cese de la violencia sea definitivo. Por ello, la banda se dirige a la izquierda abertzale para asegurarle que no ha renunciado a sus metas políticas, aunque admiteque no la representará ETA sino un partido ajustado a la ley.
ETA recalca, en la entrevista, que "la clave del proceso está en el debate democrático en Euskal Herria". Los dos encapuchados de ETA muestran sobre la mesa un ejemplar del zutabe (la revista interna de la banda) de abril. Las posiciones políticas que mantienen en la entrevista responden a los objetivos máximos del nacionalismo radical, recogido en ese zutabe. Mantienen la defensa del derecho a la autodeterminación y la incorporación de Navarra a Euskadi.
Pero ETA no amenaza con reventar el proceso si no logra sus objetivos políticos máximos. "Para que lo que se haga en Euskal Herria sea un proceso de superación del conflicto debe tener como resultado el respeto a los derechos de Euskal Herria, dar cauce a todas las opciones políticas para Euskal Herria". ETA combina su radicalidad política con la novedad de la asunción de un debate abierto a todos los partidos vascos sobre el futuro. Este último aspecto sitúa su discurso en línea con la Declaración de Anoeta, que protagonizó Batasuna en noviembre de 2004.
Sobre la extorsión, el Gobierno destaca que la banda terrorista no la ha ejercido desde el alto el fuego permanente, aunque admite que existe lo que la banda denomina "una ayuda de personas comprometidas". También destaca en negativo que aunque no reivindica los ataques de kale borroka en Barañain (Navarra) y Getxo (Vizcaya), los justifica. Batasuna, sin embargo, los consideró "muy graves".
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