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Reportaje:Tenis | Masters Series de Roma

El "uomo incredibile"

Tras ganar ante Roger Federer su 53º partido consecutivo sobre tierra batida, y su noveno título, Nadal jugará esta semana en Hamburgo

Carlos Arribas

Terminado el partido, a Rafa Nadal, convenientemente rebozado en tierra roja, su uniforme tras toda victoria, le tendieron un rotulador para que estampara su autógrafo en un cristal ante el objetivo de una cámara televisiva. Y llenando el televisor se vio su cara de felicidad, su sonrisa pícara, su deleite, su orgullo, al añadir, debajo de su rúbrica, dos cifras, una junto a otra, un número hermoso: 53. Después, como si de repente se diera cuenta de lo que significaba ese número, fuera consciente de lo que acababa de conseguir a los 19 años, se sentó en su silla. Y se derrumbó. Se tapó la cara pàra esconder su emoción, la lágrimas que luchaban por empaparle el rostro, por mezclarse con su sudor, con su alegría.

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La leyenda Nadal

53, el número de victorias consecutivas sobre pista lenta que Guillermo Vilas, un mito que puso a Argentina en el mapa del tenis mundial, había logrado en un mágico verano de 1977. 53, un número que se creía inalcanzable, imposible, un número que ayer rafa Nadal igualó con su segundo título consecutivo en el Internacional de Italia, el torneo de Roma.

"Todo es incredibile", dijo Nadal en el centro de la pista, simpatizando con los espectadores, ganándose sus aplausos con sus tímidos intentos de hablar en italiano. "Incredibile ganar a Federer, que ha jugado incredibile. Incredibile, igualar a Vilas".

Guillermo Vilas comenzó su serie el 23 de mayo de 1977 derrotando en la primera ronda de Roland Garros al yugoslavo Zaljko Franulovic. Ganó el torneo de París derrotando al checo Jan Kodes en la final y, después de perder en las primeras rondas sobre la hierba de Queens y Wimbledon, añadió a la lista en julio los torneos de Washington, Louisville y South Orange; en agosto, Columbus y el Open de Estados Unidos, el último que se jugó sobre la tierra verde de Forest Hills, venciendo al joven Jimmy Connors en la final; en septiembre llegaron dos triunfos en Copa Davis contra Australia en Buenos Aires y la Copa Porée en París; en septiembre también llegó la derrota en el partido 54º, la final del torneo de Aix en Provence. Un partido contra el rumano Illie Nastase que no acabó. Aquel verano, aparte de Vilas, en tenis se hablaba del último invento, una raqueta de doble cordaje que confería efectos impredecibles al bote de la pelota sobre tierra. En semifinales, Vilas había necesitado los cinco sets para deshacerse del desconocido francés Eric Deblicker, quien, armado del artilugio, le sacó de quicio. En la final, se encontró con que Nastase también recurrió al doble cordaje. Perdió los dos primeros sets,6-1, 7-5, y decidió abandonar. Pocas semanas después, la Federación Internacional de Tenis prohibió la herramienta y Vilas continuó su racha vencedora encadenando 21 triunfos hasta marzo del 78.

La racha de Nadal, más extendida en el tiempo, comenzó el 11 de abril de 2005 en la pìsta de Montecarlo ante el francés Gaël Monfils, y 13 meses y nueve torneos en su casa después, aún no ha concluido. Esta semana podrá seguirla en el torneo de Hamburgo de tierra batida, en el que también participará Roger Federer y en el que le espera en primera ronda el alemán Tommy Haas, número 25 del mundo, quien saldrá a la pista motivado no sólo por jugar en casa sino por pasar a la historia como el tenista que rompió la serie del uomo incredibile.

Nadal y Federer, con los trofeos de Roma.
Nadal y Federer, con los trofeos de Roma.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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