_
_
_
_
Reportaje:

"El juego me va a arruinar"

El golfista John Daly dice que en los últimos 12 años ha perdido 50 millones en los casinos

Carlos Arribas

En 1993, en un centro de rehabilitación de Tucson (Arizona) donde compartían un tratamiento contra el alcoholismo, Thomas Hollywood Henderson, futbolista de los Dallas Cowboys, le dijo a John Daly que algún día encontraría algo que le gustara tanto como beber, y que debería tener cuidado. "Mi gente esperaba, por supuesto, que ese algo fuera practicar golf. Pero no", escribe Daly. "Lo que descubrí fue el juego". Y las deudas: según sus cálculos sus pérdidas totales no son inferiores a 50 millones de euros.

John Daly (California, 1966) es el jugador más extraordinario, dentro y fuera del campo, que ha dado el golf en las últimas décadas. Un hombre de extremos. El más potente desde el tee; el golfista con más toque alrededor del green; fumador compulsivo, bebedor, agresivo, violento, mujeriego y jugador; un deportista de gran barriga y sin domicilio fijo, que recorre Estados Unidos en una caravana y que es capaz de dedicar el tiempo libre que le deja un torneo tan religioso como el Masters a vender camisetas y a firmar autógrafos en un bar llamado Hooters, camareras escotadas hasta el ombligo, grasientas alitas de pollo y costillas de cerdo como delicatesen.

En cinco horas en Las Vegas despilfarró 1,5 millones de euros en máquinas tragaperras

Una personalidad adictiva, un golfista genial. Así se refleja en su biografía, titulada John Daly: My Life in and out of the Rough (Mi vida dentro y fuera del rough), que saldrá a la venta el próximo lunes y cuyo último capítulo está dedicado a su vicio más desconocido, su adicción al juego, el problema que más le preocupa en estos momentos. "Si no controlo mi adicción al juego, acabaré totalmente arruinado", escribe Daly para resumir la situación, de la que ofrece algunos extraordinarios ejemplos, historias poco ejemplares.

Una de las últimas tuvo lugar en octubre pasado, cuando se embolsó 750.000 dólares (unos 625.000 euros) tras perder ante Tiger Woods en el playoff final del torneo de San Francisco. Aquella noche cogió el coche y no paró hasta llegar a Las Vegas, donde en apenas cinco horas en un casino perdió 1,5 millones de euros, mayormente en máquinas tragaperras que sólo aceptaban fichas de 5.000 dólares (unos 4.200 euros).

"Me he pasado los últimos 10 años de mi vida enjugando deudas de juego con mis ingresos por patrocinio, regateando contratos por jugar torneos y machacándome en compromisos con las empresas en vez de pasar el tiempo con mi familia y mejorando mi juego", cuenta Daly, un jugador que invadió el circuito americano de la manera más espectacular que pueda imaginarse. La víspera del Campeonato de la PGA, uno de los cuatro que forman el grand slam, a Daly le avisaron de que era el primer suplente. Cogió el coche y condujo durante siete horas hasta las puertas del campo. Allí le informaron de que Nick Price se había retirado porque su mujer iba a dar a luz. Ocupó su plaza, se ocupó de su caddie,y ganó el torneo. Su primera victoria.

Cuatro años después ganó el Open Británico, otro de los grandes del golf. "Por aquel entonces debía cuatro millones de dólares a los casinos. Los ingresos tras la victoria británica me permtieron quedarme a cero. Y así es como mi mente enferma analizaba la situación", cuenta Daly. "Los ingresos por patrocinio me llegarán en enero, así que entonces podré pagar todo y comenzar de cero el nuevo año. Todo va bien. Todo es OK. No problema. Carajo, sí, sí que hay un problema".

Pero Daly es optimista, eterno optimista a la manera infantil, y escribe que por lo menos ha controlado algo su vida en los últimos años: "Ya no necesito medicación, ya no bebo JD [whisky Jack Daniel's], ya no destrozo tantas habitaciones de hotel y coches. Sólo tengo un problema: el juego".

John Daly, en el pasado torneo de Augusta.
John Daly, en el pasado torneo de Augusta.ASSOCIATED PRESS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_